ECUPRES,Agencia de noticias prensa ecuménica, 23 Mayo, 2002

“CUENTE LA VERDAD” PIDE EL OBISPO BOWAN A BUSH.



Florida. Estados Unidos. (PE). “Sr. Presidente, Cuente la verdad al pueblo sobre el terrorismo” reclama el Obispo Robert Bowan. quién voló en 101 misiones de combate en Vietnam y actualmente es Obispo de la Iglesia Católica en Melbourne Beach, Florida, en una carta enviada a George Bush, Presidente de EE.UU. donde llama la atención critica del accionar de su país en numerosos países del mundo.

El Obispo Robert Bowan dice al Presidente Bush que “Si los mitos acerca del terrorismo no son destruidos, entonces la amenaza continuará hasta destruirnos por completo” y advierte que “ninguna de nuestras millares de armas nucleares pueden protegernos de esa amenaza” por lo que descarta como inútiles para ese propósito al sistema de "guerra en las estrellas" –“no importa cuan técnicamente avanzado sea ni cuantos trillones de dólares se hayan gastado en él”, ni un arma nuclear traída en un barco, avión o auto alquilado, como tampoco “ningún arma de nuestro vasto arsenal, ni siquiera un centavo de los u$s 270.000.000.000.000.- (si, esos mismos doscientos setenta billones de dólares) gastados por año en el llamado ¨sistema de defensa¨ puede evitar una bomba terrorista”.

Bowan sentencia que “Esto es un hecho militar”, apelando a su autoridad para el tema citando que “Teniente Coronel retirado y frecuente conferencista en asuntos de seguridad nacional” al mismo tiempo que militante cristiano para lo cual menciona que siempre cita el salmo 33 "Un rey no está a salvo por su poderoso ejército, así como un guerrero no está a salvo por su enorme fuerza".

Al interrogante sobre si “¿No existe nada que podamos hacer para garantir la seguridad de nuestro pueblo?” Bowan replica que “Existe” pero que para entender eso “precisamos saber la verdad sobre la amenaza” que según el obispo el Presidente Bush no dijo la verdad al pueblo estadounidense “cuando explicó por qué bombardearíamos Afganistán y Sudán” y prueba esa afirmación al decirle a Bush “Ud. dijo que somos blanco del terrorismo porque defendemos la democracia, la libertad y los derechos humanos del mundo”. Y exclama “ ¡Qué absurdo, Sr, Presidente!”

Inmediatamente Bowan detalla causales por las cuales Estados Unidos es un objetivo de terroristas, “porque, en la mayor parte del mundo, nuestro gobierno defendió la dictadura, la esclavitud y la explotación humana...Y somos odiados porque nuestro gobierno ha hecho cosas odiosas... ¿En cuantos países agentes de nuestro gobierno depusieron a líderes popularmente elegidos, sustituyéndolos por dictadores militares, marionetas deseosas de vender a su propio pueblo a corporaciones norteamericanas multinacionales?...Hicimos eso en Irán cuando los marines y la CIA derrocaron a Mossadegh porque el tenía la intención de nacionalizar el petróleo. Y lo sustituimos por el Sha Reza Palhevi y armamos, entrenamos y pagamos a su odiada guardia nacional –la Savak- que esclavizó y embruteció al pueblo iraní para proteger el interés financiero de nuestras compañías de petróleo. Después de eso, ¿será difícil de imaginar que existan en Irán personas que nos odien?”

El obispo continua su listado de acciones de EE.UU. en el mundo diciendo que “Hicimos lo mismo en Chile... en Vietnam...recientemente intentamos hacerlo en Iraq... ¿cuantas veces hicimos eso en Nicaragua y en otras repúblicas de América Latina?.... hemos destituido líderes populares que deseaban que las riquezas de su tierra fueran repartidas entre el pueblo que las generó....los reemplazamos por tiranos asesinos que venderían a su propio pueblo para que, mediante el pago de abultadas propinas para engordar sus cuentas particulares, las riquezas de su propia tierra pudiera ser tomada por la Dominó Sugar, la United Fruit Company, la Folgers y por ahí va todo”.

Bowan describe la política exterior de EE.UU. diciendo que “En cada país, nuestro gobierno obstruyó la democracia, sofocó la libertad y pisoteó los derechos humanos. Es por eso que somos odiados en todo el mundo... que somos el blanco de los terroristas” señalando que “El pueblo de Canadá disfruta de la democracia, la libertad y los derechos humanos, así como el pueblo de Noruega y Suecia” y le pregunta a Bush si “¿Ud. escuchó hablar de embajadas canadienses, noruegas o suecas siendo bombardeadas?”

Desde esa argumentación el Obispo afirma que “Nosotros no somos odiados porque practicamos la democracia, la libertad o los derechos humanos” sino “porque nuestro gobierno niega esas cosas a los pueblos de los países del tercer mundo, cuyos recursos son codiciados por nuestras corporaciones multinacionales” así que “Ese odio que sembramos se volvió en contra nuestra para asombrarnos, en forma de terrorismo y, en el futuro, el terrorismo nuclear”.

A partir de su argumentación el Teniente Coronel retirado Bowan concluye que conocida y entendida la verdad sobre por qué existe la amenaza la solución es obvia “Nosotros necesitamos cambiar nuestras costumbres” por lo que propone liberarse de las armas nucleares –“unilateralmente si es preciso”-, alterar “drásticamente” la política exterior y “En lugar de enviar a nuestros hijos e hijas a todo el mundo para matar árabes de modo que podamos tener el petróleo que existe debajo de sus arenas, deberíamos mandarlos para que reconstruyan sus infraestructuras, proveerlos de agua limpia y alimentar a sus niños hambrientos”.

También propone que “En vez de continuar matando diariamente a millares de niños iraquíes con nuestras sanciones económicas, deberíamos ayudar a los iraquíes a reconstruir sus usinas eléctricas, sus estaciones de tratamiento de agua, sus hospitales, y todas las otras cosas que destruimos y les impedimos reconstruir con sanciones económicas”. que en vez de entrenar terroristas y escuadrones de la muerte “deberíamos cerrar la Escuela de las Américas”, a cambio de “sostener las revueltas, la desestabilización, el asesinato y el terror alrededor del mundo, deberíamos abolir la CIA y dar el dinero que ella gasta a agencias de asistencia”.

Finaliza sosteniendo que “deberíamos ser buenos en lugar de malos, y de serlo, ¿quién iría a intentar detenernos?¿Quién nos iría a odiar? ¿Quién nos iría a querer bombardear? Esa es la verdad, Sr. Presidente. Eso es lo que el pueblo norteamericano precisa escuchar”. (SN 4295).

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