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El Correo7 de junio de 2002

Cristianos vizcaínos censuran a los obispos

Un grupo de cristianos vizcaínos, representativos del ámbito social, sindical, eclesial y universitario, han elaborado un documento en el que hacen una serie de «puntualizaciones», de gran carga crítica, a la polémica pastoral de los obispos vascos, «ante los efectos perturbadores» que su difusión ha provocado en la comunidad católica y en la sociedad en general.

El texto -firmado, entre otros, por Rafael Aguirre, Víctor Urrutia, Demetrio Velasco, Xabier Markiegi, Carlos Trevilla o Juan Manuel Eguiagaray- reprocha a los prelados su «toma de postura» ante la Ley de Partidos y se pregunta sobre los motivos que han llevado al clero a hacer pública su posición ahora y no en otros momentos «mucho más dramáticos para la sociedad vasca, como fue la ruptura del pacto social en el contexto de una falsa tregua», en referencia al acuerdo de Lizarra.

La crítica más dura al contenido de la pastoral hace referencia a la «perversión democrática» que supone «no subrayar la gravedad de las conexiones entre Batasuna y ETA» o «equiparar la fuerza ciega con el imperio de la ley ». El manifiesto incluye un reconocimiento explícito a la «condena sin paliativos» de la violencia etarra y el apoyo a los amenazados que incluyen los obispos en su texto y considera acertada también «la ruptura del tópico nacionalismo es igual a terrorismo », si bien los firmantes echan de menos que los prelados denuncien también otros lugares comunes «mucho más frecuentes y letales, como que el PP es igual a ETA o que PP y PSE son fascistas».

Los autores recuerdan que las víctimas de la banda son «perseguidas, acosadas y aniquiladas por su discrepancia política con el proyecto soberanista» y consideran, en este sentido, que ha llegado el momento de «aislar políticamente a quienes apoyan a ETA, denunciar a quienes la legitiman y cuestionar a quienes superponen su proyecto político por encima de los derechos básicos de la ciudadanía, la libertad de expresión y de pensamiento».

El texto rechaza el diálogo en las condiciones actuales -«cuando una de las partes está amenazada»- porque en tal caso, subrayan, supondría «una claudicación» y denuncia asimismo «las raíces ideológicas de un nacionalismo exacerbado, auténtica idolatría que está haciendo estragos» en la sociedad vasca.

Los firmantes reconocen, para concluir, su «preocupación» por los «efectos de confrontación o desistimiento» que la pastoral pueda provocar en la comunidad eclesial y su «inquietud» por la pérdida de «fuerza profética» de la Iglesia.

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