6 de junio de 2002 Comunicado del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal
El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, reunido en
Madrid en sesión ordinaria en la mañana de hoy, jueves 6 de junio,
ha reflexionado sobre los acontecimientos acaecidos a raíz de la
publicación el día 30 de mayo de una carta pastoral de los Obispos
de Bilbao, San Sebastián y Vitoria. Después de una ponderada
deliberación, consciente de que no es competencia del Comité
Ejecutivo valorar públicamente las actuaciones de los Obispos en sus
propias diócesis, considera necesario manifestar lo siguiente:
1. De acuerdo con la Doctrina Social de la Iglesia, reconoce la legitimidad que asiste al Estado democrático para regular legalmente la participación de los partidos políticos en la vida pública al servicio del bien común. Decidir sobre el establecimiento de determinadas condiciones legales para su constitución, funcionamiento y disolución, en conformidad con los derechos humanos, es competencia y tarea de los órganos del Estado de derecho. 2. En la carta pastoral de los Obispos de las diócesis citadas hay una clara, y terminante condena del terrorismo y de “todas aquellas personas o grupos que colaboran con las acciones terroristas, las encubren o las defienden”, actitud que ha sido una constante en su magisterio episcopal. En la misma se proclama el compromiso de la Iglesia en la defensa, acompañamiento y protección de los amenazados y de las víctimas, así como su apuesta inequívoca por la eliminación del terrorismo. No es justo afirmar que en el citado documento se opta por un partido político determinado. 3. El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española se siente en el deber de denunciar la forma de ejercer la crítica, a todas luces injusta y desproporcionada, a que ha dado lugar la publicación de la referida carta pastoral. La libertad de información y de opinión no autoriza a ninguna instancia social a desfigurar el sentido del documento, omitiendo partes esenciales o haciéndole decir lo que realmente no dice. Parece evidente que con esta crítica descalificadora se daña gravemente a la Iglesia, disminuyendo su credibilidad moral y limitando la libertad que le garantiza su estatuto jurídico tal como lo establecen la Constitución y los Acuerdos firmados entre el Estado y la Santa Sede. 4. Finalmente, el Comité Ejecutivo invita a todos a tener en cuenta que el terrorismo supone siempre una gravísima perversión de la conciencia moral, cuya rectificación no se verá facilitada con el desprestigio de instituciones como la Iglesia, que tiene como parte esencial de su misión iluminar, formar y fortalecer la conciencia moral de las personas y de la vida social de acuerdo con la Ley de Dios y con el Evangelio. Madrid, 6 de junio de 2002
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