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Agrademos especialmente a nuestro amigo Sergio Ferrari esta crónica que envía desinteresadamente desde Suiza. Manifiesta la pugna entre las instancias oficiales y las populares en las tarea de construir una Europa más cristiana de verdad, no sólo de palabras. A.D.

Enviado directamente por el autor desde Suiza

MUCHO DE PORTO ALEGRE, BASTANTE DE BERLUSCONI

Florencia a las puertas del Foro Social Europeo

(6 al 10 de noviembre)

El intento de criminalizar la paz

Por Sergio Ferrari

A escasas horas del pitazo inicial, el Foro Social Europeo (FSE) organizado en Florencia, Italia, anticipa convertirse en una de las convocatorias continentales más heterogénas, diversificadas, concurridas y exitosas de la historia reciente del viejo mundo.

Más de 10 mil inscritos, no menos de 20 mil participantes, centenares de miles de manifestantes esperados en la movilización de clausura del sábado 9 llegados de toda Europa, comprueban una inflación acelerada de los cálculos más optimistas de apenas algunas semanas atrás.

Y como principal marco conceptual-movilizatorio, no sólo se enarbola la búsqueda de alternativas al modelo neoliberal dominante, sino también, el inicio de la ofensiva europea más incisiva de los últimos tiempos contra la guerra y en defensa de la paz.

CRIMINALIZAR LA PAZ

A menos de una semana del inicio del Foro, el gobierno de Silvio Berlusconi, en el pico más alto del ataque a la convocatoria fiorentina, volvió a insinuar la necesidad de parar el FSE.

El ministro del interior Giuseppe Pisanu lo dejó entrever el último martes de octubre en declaraciones que provocaron una recia respuesta de los organizadores del cónclave.

Desde varias semanas antes, el gobierno de derecha intentó desacreditar al FSE, amalgamándolo con las manifestaciones violentas de Génova en año pasado. Tendiendo a preparar el esecenario para lo que luego sería una realidad: la suspensión temporal de los acuerdos europeos de Schengen sobre la libre circulación de personas, con la intención de poner obstáculos psicológicos y aduaneros a la convocatoria europea. Todos los puestos fronterizos norteños fueron reforzados con cientos de efectivos.

Tras esta ofensiva oficial una especulación de delicado entramado ideológico: poner a la defensiva a los organizadores del FSE; debilitar la convocatoria del « Movimiento de los Movimientos » (tal como se define en su convocatoria el Foro); aislar al pensamiento anti-neoliberal europeo y crear condiciones de intranquilidad y exaltación para enrarecer el clima de reflexión e intercambio previsto en la Fortessa da Basso, sede principal de las deliberaciones.

En síntesis, obligar a los participantes a claudicar en la reflexión propositiva de la búsqueda de alternativas para centralizar el debate en un falso nivel político/coyuntural entre el FSE y un Estado policial que pone zancadillas y no ahorra provocaciones.

Un intento sistemático y bien orquedstado para criminalizar la convocatoria de Florencia de antemano, deteriorando el ambiente marco y debilitando el impacto de la protesta contra los huracanas bélicos en puerta. Favor de primera mano de Roma a Washington en un momento en que el mecanismo de la guerra contra Irak ya está desatado y la cuenta regresiva para el primer bombazo comenzó su conteo.

Paradójico escenario recetado por la « Europa democrática » a esta convocatoria ciudadana, si se compara con las condiciones aseguradas por la municipalidad de Porto Alegre y el Gobierno del Estado de Río Grande del Sur, en las dos primeras ediciones del *Foro Madre* (el Foro Social Mundial) a inicios del 2001 y del año en curso.

LA MADUREZ DEL SUR

Los anfitriones de Florencia, en representación de las más de cuatrocientas organizaciones, movimientos y redes adherentes, respondieron con energía a los argumentos provocadores.

Simbólica, además, la respuesta adicional que llegó de San Pablo, Brasil, sede del equipo de organización del Foro Social Mundial. Una carta firmada por Sergio Haddad, presidente de la Asociación Brasilera de ONG (ABONG), uno de los ochos convocantes de Porto Alegre, daba desde el sur una lección de civismo a la política oficial italiana.

El FSE es un paso en un proceso mundial lanzado en Porto Alegre; rico en debates y respetuoso del pluralismo político; preparatorio del tercer Foro Mundial de enero próximo - « donde esperamos cerca de 100 mil personas de todo el mundo »- y « de gran importancia para le proceso de la sociedad civil mundial » afirmaba la carta.

Ratificando los valores de una mundialización solidaria, los *padres-fundadores* del proceso *forístico*, desde Brasil mismo, advertían así, con argumentos claves y tono maduro, a las autoridades italianas en su intento obstaculizador.

Pocas horas antes, esos mismos convocantes sudamericanos habían anunciando públicamente la invitación a Luiz Inácio Lula da Silva, presidente electo de Brasil para participar en la tercera edición de enero próximo (del 23 al 28 ), argumentando la respetuosa solidaridad del Partido de los Trabajadores y el mismo con esta convocatoria en marcha.

Las dos caras de la luna: Berlusconi y la *democracia norteña* desanimando al movimiento social a convocarse en tanto Lula, es invitado por ese mismo movimiento social a compartir la tarima de la reflexión ciudadana.

LA CONCIENCIA DE LA RESPONSABILIDAD GLOBAL

El combate contra la guerra, contra la globalización neoliberal y contra el racismo aparece como la columna vertebral de la convocatoria de Florencia, auto-definida como « un gigantesco espacio público de debates, encuentros , confrontaciones, iniciativas comunes...un gran laboratorio de la alternativa », señala el documento de convocatoria.

Que subraya también el interés del FSE por « demostrar que la Europa de Maastrich (acuerdo económico-monetario) y de Schengen (convenio de control de migración extra-continental) no es la única posible » y reiterar el convencimiento de « que de Florencia pueda nacer la construcción de otra Europa, de los pueblos y de los ciudadanos, de participación y de derechos , de paz y solidaridad »

Motivados, adicionalmente, para programar las movilizaciones, luchas sociales e inciativas del año próximo, haciendo comunes « lenguajes y prácticas diversas: la participación popular, la cultura, la música, la desobediencia civil y social, la no violencia activa, la ciudadanía activa, el voluntariado, la práctica de redes y aquéllas de género ».

Tras los principios, las metas y la metodología de funcionamiento del FSE, la lógica ya ejercitada en los dos Foros Sociales de Porto Alegre (2001 y 2002). Al mismo estilo gaúcho, el encuentro europeo se iniciará y culminará con grandes movilizaciones sociales -para la de clausura contra la guerra y el racismo los organizadores calculan alrededor de 200 mil participantes. Diez trenes especiales provenientes de toda Italia estarán a disposición a precios simbólicos para permitir que la claususa en las calles sea multitudinaria.

Se programan dieciocho conferencias matutinas (tres por día del 7 al 9) en grades salones con capacidad para más de 3 mil personas. 12 conferencias nocturnas; 160 seminarios y otros tantos talleres por las tarde. Así como un sinnúmero de encuentros sectoriales -como los *sin papeles* (indocumentados) de toda Europa, que animarán los pocos tiempos libres y la reflexión complementaria de los pasillos.

Dinámica endiablada de intercambio que exigirá el apoyo de mil voluntarios y 500 traductores. Y que estará acompañad a por 75 eventos culturales abiertos a todo público.

Todo esto alimentado por las principales redes, movimientos, organizaciones sociales , personalidades e intelectuales de los cinco continentes. A pesar del carácter regional del Foro, estarán presentes representantes de todos los otros continentes, porque, al decir de los promotores: « ...la Europa que queremos tiene una gran responsabilidad hacia el mundo. La primera de todas de no hacer la guerra y no transformarse en un fortaleza, permeable a los intereses de pocos, pero enemiga de las esperanzas de tantos y tantas... »

BOVE DE NUEVO A LA CARCEL

Casi a la víspera del inicio del Foro Social Europeo, la justicia francesa pidió la confirmación de la condena del dirigente campesino José Bové, una de las personalidades que animarán el encuentro de Florencia.

Bové es nuevamente acusado por la destrucción de plantas transgénicas. La máxima instancia judicial se pronunciará el próximo 19 de noviembre. De confirmarse la resolución anunciada el martes 5 de noviembre el sindicalista más prestigioso de Francia debería purgar 6 meses de condena, a la que se le podrían sumar 8 meses por una causa pendiente anterior de 1998 por hechos similares.

La lucha contra la introducción de organismos genéticamente modificados en la agricultura es uno de los temas centrales de Bové, quien adquirió prestigio mundial al confrontar en 1999 la decisión del gobierno estadounidense de aplicar impuestos especiales al queso francés Roquefort.

Bové acaba de cumplir una pena de prisión firme por los destrozos que junto con un grupo de sus compañeros ocasionaron a las instalaciones en construcción de un negocio McDonalds en la zona de Millau, el 11 de agosto de 1999.

En enero del 2001, a escasas horas de iniciarse el primer Foro Social Mundial de Porto Alegre, José Bové con el dirigente sin tierra brasilero Joao Pedro Stedile y otros militantes del MST (Movimiento sin Tierra) destruyeron en el sur de Brasil parcelas cultivadas con organismos genéticamente modificados (Sergio Ferrari)

 

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