ECLESALIA
---------------------------------------------------------------------------------------------
           ( 600 CUENTAS LO RECIBEN YA )  Eclesalia, ¡cuéntalo!
 
El País, 17 de abril de 2002
 
EL CURA SEXUAL
EDUARDO HARO TECGLEN

Hubo en tiempos revistas cómicas dedicadas a la sexualidad del clero. Con gruesos dibujos en los que se mezclaban los hábitos y los miembros. Confieso que hoy los datos del escándalo de la pederastia del sacerdote (¿no hay otros escándalos sexuales del clero?, ¿y otros no sexuales?) no me hacen ninguna gracia. Más bien me siento solidario con estos seres reprimidos, excitados y castigados. Para mí el escándalo es la Iglesia en sí, a partir de sus falsedades fundacionales hasta sus reprimendas universales y su creación del terror divino.

El cura pederasta como el seglar pederasta, al que se va descubriendo en los mil oficios en los que su alivio es más fácil, me producen un sentimiento de compasión y piedad, como todas las personas conducidas a una situación imposible y encauzadas a una represión fortísima de aquello que forma parte de su individualidad. Quizá sea como si para profesar les obligaran a cortarse un brazo o la nariz. O peor. Junto a otros aspectos de la doctrina, la historia, el juicio sobre sus contemporáneos, las mil contradicciones con las que tienen que aceptar al mismo tiempo situaciones y repelerlas, la obligación de vivir en falso en una sociedad que ya no puede ni necesita creer, pero que exige que la parte tributaria y esclavizada siga creyendo, esta privación de sí mismos que no pueden cumplir les arroja al escándalo y a veces a la cárcel. Me imagino toda una vida entre el deseo y el miedo. No son los únicos. Vivir entre el deseo y el miedo, entre lo que parece lo posible pero es castigado y es materialmente irrealizable, es una forma de no vivir que ha ido consiguiendo la organización de las sociedades a medida que parecía progresar en un sentido liberador. Una persona que ha aprendido a no respetarse a sí misma no puede respetar a un niño o una niña, a una mujer o a un compañero de monasterio.

No son, claro, los únicos reprimidos de esta sociedad, en la que, por otra parte, florece el alto delito. No cabe demasiada duda de que una de las formas de convivencia, la más leal probablemente, consiste en respetar al otro; a condición de que el otro le respete a uno. Desgraciadamente, hemos llegado a un punto en el que la tríada Iglesia-Estado-Dinero ha ido perdiendo el respeto a los ciudadanos. Los curas escandalosos, en el fondo, no son más que seres humanos obligados a fingir que creen en cosas en las que, en el peor de los casos, hasta creen.
 
 
---------------------------------------------------------------------------------------------
 
El Mundo, 17 de abril de 2002
 
EL "BOOM" DE LA IGLESIA
FRANCISCO UMBRAL

La cosa empezó con un cura saliendo del armario, pero detrás del cura ha salido todo el Vaticano, unos para excomulgar al clero pedofílico y otros para seguir diciendo las cosas convencionales que dice el Papa en disculpa u ocultación de los escándalos sexuales del catolicismo en Estados Unidos y también en el modesto Estado español. El boom de la Iglesia consiste en que la represión y una doctrina irracional y antinatural han dado generaciones de seres ambiguos o directamente flechados en dirección contraria a la que quisiera Roma.

Desde los años cincuenta y sesenta, desde Juan XXIII, nuestra Iglesia empezaba a luteranizarse tímidamente. Ahora llevan los ritos de otra forma más natural y más cercana a todo fiel creyente.Digamos que han decidido llamarle al pan pan y al vino vino, pero no en latín. La Iglesia católica no ha reconocido nunca que Lutero tenía bastante razón y que el matrimonio de los sacerdotes, un suponer, es más racional y llevadero y forja pastores de mayor cercanía y temperatura humana que el cura célibe del paleocatolicismo español, por ejemplo. El gran malentendido es haber radicado la culpa exclusivamente en el sexo, que no es más que una factoría de perpetuar la especie. La misoginia del cielo católico llega a hacer a Cristo hijo de una virgen, pero metiendo por medio la gestión espiritual de un ángel que lo deja todo poéticamente confuso.

Los antropólogos debieran estudiar el origen de este celibato pétreo e implacable de nuestra religión. San Pablo es uno de los culpables, por supuesto, y lo explica todo «por culpa de las fornicaciones». Una organización cismundana que se opone radicalmente al curso sosegado de la sangre y de la Historia es una organización que engendra un cáncer en sí misma y necesita grandes mentiras retóricas para encubrir su equívoco inicial.No dudamos de que los hombres castos y las mujeres honestas van al cielo, monjas o no, pero también tenemos la evidencia de que una represión sexual masiva y perdurable ha convertido al clericato en una ambigüedad humana y social. El instinto de reproducción, o sea la compulsión sexual, es mucho más fuerte que todas las encíclicas de todos los Papas y que todas las teologías de un hombre que finalmente no cree en la Teología: Santo Tomás.

Este duelo prolongado entre la mística y la vida, entre la libertad natural y la retórica latina, es una vieja historia de siglos de la que muchos católicos se desentienden al llegar a la edad de la razón, y el agente de ese desinterés suele ser un clérigo perdido ya para la causa del bien y para la del mal, que inicia al hombre y a la mujer por caminos lóbregos, cuando el camino matinal y vividero de las especies está ahí, al alcance de todos.Se aproxima el día en que el matrimonio de los sacerdotes sea tan respetable aquí como en Londres. A la final va a resultar que Lutero tenía razón, como la tuvieron Galileo y tantos otros hoy reivindicados. La historia de la Iglesia Católica es la historia de sus errores. Una religión puede que sea siempre necesaria para un pueblo, porque el hombre está muy solo entre los dos polos de su corazón kepleriano. Pero, al menos, que esa religión acepte humildemente los imperativos de la vida y no se levante contra el puro existir con ademán que ya en sí es demoníaco.

 

--------------------------------------------------
ECLESALIA, la apuesta por una Iglesia renovada y renovadora,
con sabor a pueblo, Dios al fondo y Cristo en medio,
nunca excluyente y siempre fraterna.

Para suscribirse/darse de baja:
eclesalia@ciberiglesia.net
(Apunta tu nombre y tu lugar geográfico y eclesial).

  • Documentos, reflexiones, artículos de fondo, entrevistas (Tornos)
  • Convocatorias de interés religioso, ecuménico, eclesial (Retornos)
  • Actualidad de nuestra querida Iglesia, su realidad (Entornos)
  • Lugares de interés eclesial, direcciones electrónicas y postales (Contornos)
  • Anuncio y denuncia profética (Trastornos)