aci digital, sábado 20 de Julio 2002 Sacerdote recuerda pruebas sobre historicidad de Juan Diego
MÉXICO DF, 19 Jul. 02 (ACI).- El sacerdote español Xavier Escalada,
dedicado en los últimos años a escribir sobre el milagro de
Guadalupe, recordó esta semana las tres pruebas que confirman la
existencia del futuro santo Juan Diego.
Con motivo de la presentación de sus libros "Guadalupe, arte y esplendor" y "Juan Diego, arte y espíritu", el sacerdote evocó una placa de cobre, una piedra hallada en Tlatelolco y el Códice 1848, como las evidencias de la historicidad del vidente del Tepeyac. El Padre Escalada nació en Pamplona, España, llegó a México por cuatro meses para estudiar el fenómeno guadalupano y se quedó por 43 años. Hoy se desempeña como párroco de San Ignacio de Loyola y comparte sus actividades pastorales con el análisis de las apariciones. En declaraciones al diario El Universal, señaló que la primera prueba de la existencia de Juan Diego es una placa de cobre hallada en una comunidad de origen español al norte de Georgia, Estados Unidos; la segunda es una piedra que se encontró en la Iglesia de Santiago Tlatelolco y la última de ellas es el Códice 1848 -también conocido como el Códice Escalada- que llegó a sus manos cuando preparaba una nueva versión de la Enciclopedia Guadalupana. Según el sacerdote, todas las evidencias confirman que Juan Diego Cuauhtlatoatzin nació en 1474. Durante los primeros años de la evangelización, Fray Toribio de Benavente, también llamado Motolinia, lo bautizó con el nombre de Juan Diego. Tenía 37 años cuando vio a la Virgen y entonces ya era enviudado. Desde las apariciones de Guadalupe, dedicó su vida a repetir la historia. Murió en 1558 y se desconoce donde fue enterrado. La placa de cobre que apareció en Georgia estaba en el pecho de una niña que murió a edad temprana. Los arqueólogos estadounidenses llegaron a varias conclusiones: fue hecha en Michoacán y transportada a la Unión Americana durante una expedición de Mateo del Sauz, en 1560. "Con luz infrarroja, ultravioleta y rayos equis se pudo recuperar la figura de tres personajes: Juan Diego, la Virgen de Guadalupe y una representación del diablo, propia de la imaginería de esa época", explica el sacerdote. El Padre Escalada sostiene que la segunda prueba es la piedra de Tlatelolco, que lleva escrito con cincel y martillo el nombre de Juan Diego. Se distinguen los dígitos 1-5-8 y un cuarto número permanece borroso. El sacerdote estima que el número faltante es un cero, con lo que la pieza sentido con las apariciones de la Virgen ocurridas en México durante el siglo XVI. Sin embargo, fue en 1995 cuando el sacerdote encontró la prueba más contundente. Llamó a todo aquel que tuviera un documento que quisiera integrar a su investigación en México y entre los donantes llegó una persona que no se identificó, entregó la pieza y se retiró. "A simple vista, el códice, hecho en piel de venado, tenía escrito en la parte superior el número 1548. Con una nitidez sorprendente podían observarse dos de los cuatro encuentros que sostuvieron Juan Diego y Guadalupe. Allí estaban todas las disposiciones que siempre habíamos pensado", asegura el sacerdote. El Códice lleva al final la firma de Fray Bernardino de Sahagún, que fue estudiada por el catedrático de la Universidad de Utah, Charles E. Dibble, el especialista que proporcionó el certificado de autenticidad, que después, en México, ratificaron la Procuraduría General de la República, el Banco de México y la UNAM.
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