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BENITO 16 Y CULTO DEL SOBERANO 3-05-2005 Por FejDelvahe Teólogo, escritor y educador, nacido en Ceuta en 1956 ATRIO, 3-05-2005 En las últimas semanas le ha dado por decir a muchos intelectuales cristianos, además de los ya aduladores, que Ratzinger (Papa Benito 16), es uno de los teólogos de la Iglesia Católica con más fundamento y peso teológico de la actualidad. Por supuesto es comprensible oír eso en boca de cardenales, obispos, teólogos oficialistas y en otros muchos vividores del modelo eclesiológico actual, es decir personas que interpretan y comulgan con evangelización=clericalismo, o dicho de otro modo, gente del sistema no dada a honrar el talante del apóstol Pedro ----aquel que cuando se le arrodilló un centurión romano de nombre Cornelio, lo alzó de inmediato diciéndole : “levántate que yo también soy un hombre” (Hch. 10,25)----, pero sí gente muy dada a inclinar la columna vertebral ante el patriarca de Roma y trabajar duro en la propagación del CULTO DEL SOBERANO. El culto del soberano, rey, emperador, jefe, es algo que puede consultarse en cualquier enciclopedia de historia o fenomenología de las religiones. Lo encontramos en todas las religiones de gran notoriedad, tanto en la religión de Egipto, donde el faraón formaba parte de la divinidad, como en la religión de Babilonia, Asiria o Roma, donde los emperadores eran exaltados como divinos. Igualmente en China, allí el emperador era sagrado; en Japón era considerado descendiente directo de la diosa Amaterasu, y en la religión o sociedad budista tibetana el gran lama se traduce de igual modo como alguien sagrado-divino. ¡Claro está!, la Iglesia de J.C. no iba a ser menos, máxime cuando el emperador Constantino, siglo IV d. C. la elevó a la pompa de religión del estado romano y a sus obispos a las alturas de solemnes magistrados. Desde entonces, en la Iglesia Católica se implantó el CULTO DEL SOBERANO, primero hacia el propio emperador Constantino y poco a poco hacia el obispo de Roma o Papa. Así hasta llegar a lo tan habitual ahora: ver a los cristianos católicos, más aficionados a la ANTI-TEOLOGIA=CULTO DEL SOBERANO, que a la TEOLOGIA=LIBERACIÓN. Y en esto resulta que Ratzinger o Benito16, ha evidenciado y sigue luciendo una demostrada y deficiente teología; es decir, mucho fundamento y menos esencia teológica, ya desde sus años de cardenal y hoy por hoy desde su subida al trono papal. Los indicios son bastante notorios: se mantiene en el título de “santo”, que solo pertenece a lo divino; en el título de “infalible”, que también es algo sobrenatural; en el título de “elegido por Dios”, que es una especie de divinización o filiación deífica; amén de las grandes parafernalias, galas, decorados, protocolos y gastos suntuosos cuyo objeto es, a todas luces, el fomento y mantenimiento del CULTO DEL SOBERANO. ¿Dónde está, a ver, esa magistralidad que todos indican que tiene Ratzinger en Teología? Sin ir más lejos, se pudo ver retransmitido por las principales televisiones del mundo el reciente día de la entronización de Benito 16, cómo después del acto público, el “famoso teólogo subido a Papa”, fue recibiendo dentro del palacio vaticano a todos los jefes de Estado y máximos dignatarios de los más diversos países, que iban pasando a pie para darle sus felicitaciones; y los fue recibiendo en la postura de permanecer SENTADO en su trono, sin ofrecerles el noble gesto y la cortesía de levantarse para saludarlos. Todo en una marcada e intencional línea vaticana de hacer que las altas autoridades y todo hombre en general se incline o arrodille ante el Papa, lo cual es una muestra rimbombante y nada teológica del llamado CULTO DEL SOBERANO, en este caso concreto y viniendo de quien dicen es tan buen teólogo, de AUTOCULTO DEL SOBERANO. Ya desde mis años de estudiante en la Facultad Pontificia de Teología, pese al empeño de algunos profesores por hacernos tragar, sin digerir, los libros de Ratzinger, me pareció que el teólogo alemán daba muestras notorias de ser mejor clerigólogo que teólogo en el sentido profundo del concepto Teología. ¡Urge pues, y lo antes posible!, que todos esos especialistas besa-anillos y dobla-rodillas, tan dados al CULTO DEL SOBERANO, nos aclaren si la conducta expuesta por el actual Papa-Teólogo se debe más a la mala educación o a la pésima teología del experto en Teología. ¿A cuales de estas dos protuberancias se debe el evidente sostenimiento y propagación del CULTO DEL SOBERANO que hizo desde el primer momento Ratzinger-Benito16? Agradecería mucho una respuesta. ¡Ah!, y por favor, tengan presente que por plantear lo planteado no soy infraterno. Preferiría no acabar diciendo como Pablo en su carta a los Gálatas 4,16: “Y ahora resulta que por decirles la verdad me he vuelto su enemigo”.
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