MANIFIESTO EN FAVOR DEL MATRIMONIO ENTRE CATÓLICOS 14-6-2005
Alan Psicobyte
http://www.psicobyte.com
NOTA DE ATRIO: El artículo nos había
llegado en un e-mail, atribuyendo una falsa autoría. Lo sentimos
mucho. Ha sido un error no atribuible a nosotros. Hemos comprobado
ahora el autor verdadero, que lo publicó en su página hace más de un
año y que ha sido víctima de otros plagios ya. Le pedimos disculpas y
nos reiteramos en nuestro propósito de ser más críticos y no dejarnos
llevar de estos engaños tan frecuentes en Internet.
En línea con la
actual relevancia social en torno a la modificación de la legislación
española sobre los matrimonios, la postura de los católicos en ella
voy a exponer mi posición aquí:
Estoy completamente
a favor del permitir el matrimonio entre católicos. Me parece una
injusticia y un error tratar de impedirselo.
El catolicismo no es
una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les
parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos
derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u
homosexuales.
Soy consciente de
que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas
católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden
parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían
esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y
deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus
costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados,
pueden incomodar a algunos.
Pero esto, además de
ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para
impedirles el ejercicio del matrimonio.
Algunos podrían
argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real,
porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios,
en lugar de una unión entre dos personas.
También, dado que
los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la
iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se
casen incrementará el número de matrimonios por "el qué dirán" o por
la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del
matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las
familias desestructuradas. Pero hay que recordar que esto no es algo
que ocurra sólo en las familias católicas y que, dado que no podemos
meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus
motivaciones.
Por otro lado, el
decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra
forma, no es más que una forma un tanto ruín de desviar el debate a
cuestiones semánticas que no vienen al caso: Aunque sea entre
católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una
familia.
Y con esta alusión a
la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no
resulte demasiado radical: También estoy a favor de permitir que los
católicos adopten hijos.
Algunos se
escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que
alguno responda con exclamaciones del tipo de: "¿Católicos adoptando
hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!".
Veo ese tipo de
críticas y respondo: Si bien es cierto que los hijos de católicos
tienen mucha mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos
(al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la
homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son
personas como los demás.
Pese a las opiniones
de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos
padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de
que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una
influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción
juzgan cada caso individualmente y es precisamente su labor determinar
la idoneidad de los padres.
En definitiva, y
pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería
permitirseles también a los católicos tanto el matrimonio como la
adopción.
Exactamente igual
que a los informáticos y a los homosexuales
(Con licencia
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