SALMO 25

Hazme justicia, Señor, que camino en la inocencia;

      confiando en el Señor no me he desviado.

 

Excrútame, Señor, ponme a prueba,

      sondea mis entrañas y mi corazón,

porque tengo ante los ojos tu bondad,

      y camino en tu verdad.

 

No me siento con gente falsa,

     no me junto con mentirosos;

detesto las bandas de malhechores,

     no tomo asiento con los impíos.

 

Lavo en la inocencia mis manos,

    y rodeo tu altar, Señor,

proclamando tu alabanza,

    enumerando tus maravillas.

 

Señor, yo amo la belleza de tu casa,

    el lugar donde reside tu gloria.

 

No arrebates mi alma con los pecadores,

    ni mi vida con los sanguinarios,

que en su izquierda llevan infamias,

    y su derecha está llena de sobornos.

 

Yo, en cambio, camino en la integridad;

   sálvame, ten misericordia de mí.

Mi pie se mantiene en el camino llano:

   en la asamblea bendeciré al Señor.

 

                                                          

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