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CATEDRAL Y BAZAR

 Poderes del papado y el Espíritu de Cristo              12-05-2005

 

Xabier Pikaza

Teólogo

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2. En la línea de Xabier Pikaza estaba el lúcido y llorado Ivan Illich (CIDOC, Cuernavaca, México) en la década de los 70 cuando fue procesado por el Santo Oficio. Yo tomé parte en la preparación y en la ejecución de las condenas que luego fueron mitigadas por Pablo VI cuando finalmente (y después de la condena por él aprobada) prestó alguna atención a raíz de la publicación de las 85 escandalosas preguntas inquisitoriales y la nula posibilidad de defenderse. Illich buscaba, para Latinoamérica,  una Iglesia evangélica, sin prótesis (clero) procedentes de USA o de Europa. Sus artículos en la revista "América" y sus estudios del CIDOC pretendían la revalorización del laicado, incluso prescindiendo del clero. Le bastaba un obispo para toda una diócesis. "Déjennos morir", decía. "Resucitaremos como semilla que conserva el germen de la vida evangélica". "The vanishing clergyman"  fue el artículo que provocó las iras de Ottaviani. Ponía en solfa a una Jerarquía corrompida y lejana de sus genuinos orígenes. Los arzobispos de Nueva York y de Boston, que subvencionaban al Centro de Illich, se enfadaron y cortaron el grifo de los dólares. Illich, hasta su muerte en 2004, fue fiel a la Iglesia en la que había entrado, incluso a la Jerarquía, acaso por mérito del también admirable Obispo Méndez Arceo. Ah, si Jesús volviera!. Estoy convencido de que sólo respetaría la faceta de ONG. Al resto, lo apostrofaría y se desligaría. Y,  látigo en mano, condenaría las concentraciones de poderosos (algunos, dictadores o asesinos) que acuden a la Plaza de San Pedro por motivos inconfesables. Celso Alcaina. Madrid.

 

1. Atrio –“lugar de encuentro de lo sagrado y lo profano”– despertó mi interés desde el primer día en que, vagando por la Red en busca de voces con alguna afinidad a la mía, me encontré en él.  Lo “sagrado”: aquello que de manera estrecha se relaciona con lo trascendente; lo “profano”: lo secular, lo mundano, lo intrascendente... pero importante en la vida humana. Con el comentario que estoy escribiendo no pretendo desvirtuar la intención ni los límites que el dueño y los habituales parroquianos deseen conservar, los cuales respeto incondicionalmente. Sólo digo que me he sentido a gusto en este Atrio, leyendo con curiosidad sobre temas que agitan, en España y en el mundo, las mentes y los corazones de muchos creyentes. Yo no soy creyente –lo digo con simpleza, sin afán de molestar–. Lo fui, y ello es suficiente para que me sienta familiarmente cómodo entre los pórticos y las columnatas, sobre la explanada embaldosada, frente y fuera de la iglesia, donde tantos se reúnen a conversar, sin escandalizarse –estoy seguro– de que entre ellos se cuelen gentes como yo. Acabo de leer el artículo de Xabier Picaza, de quien no sé si sea de verdad un gran teólogo; pero sí aprecio que escriba con la originalidad que da acercarse al mundo donde ocurren los cambios y el progreso de la tecnología contemporánea. Es ciertamente un teólogo especial, que toma atajos desusados para interpretar el evangelio; pero, tal vez, también un “terrorista” dinamitando los cimientos dogmáticos de muchos siglos de tradición (lo cual a mí me tiene sin cuidado: ni me espanto ni me alegro; él y muchos más hacen lo mismo; y lo que ha de venir, vendrá). José de Jesús Molina Perales, www.atajoalparaiso.com

 

 

 

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