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Encuentro de CONVIVENCIA-ESTUDIO 5-05-2005
"Nuestro
análisis, posición y propuestas en la coyuntura actual de la sociedad española" invitan: IGLESIA DE
BASE DE MADRID, CORRIENTE SOMOS IGLESIA Y COL.LECTIU
DE DONES EN l'ESGLESIA miembros de "RED
EUROPEA DE IGLESIA POR LA LIBERTAD", con ocasión de su XV Asamblea en
Madrid. Día: 7 de mayo de 2005 Lugar:
Salón del Instituto Teoógico
de Vida Relgiosa; c/ Juan Álvarez Mendizábal, 65 bis,
Planta baja - Madrid.
Metro:
Argüelles. Autobuses: Circular, 2, 6, 21 y 133.
Horario:
- 9:30 h Entrega
de documentación
- 10 h Exposición, debate y aportaciones, equipo 1.
- 11:30 h Descanso
- 12 h Exposición, debate y aportaciones, equipo 2.
- 14 h Comida con "catering"
- 16 h Exposición por parte de los representantes de la
Red Europea.
- 17 h Descanso
- 17:15 h Exposición, debate y aportaciones, equipo 3.
- 19 h Celebración comunitaria y mensaje final de este
encuentro.
- 20 h Cena y fiesta final
Método de trabajo:
- Síntesis de lo estudiado par cada equipo.
- Diálogo y nuevas aportaciones de los asistentes
- Redacción y posterior envío del documento final con
el trabajo de los equipos y las aportaciones de los asistentes.
Tema:
NUESTRO ANÁLISIS, POSICIÓN y PROPUESTAS EN LA
COYUNTURA ACTUAL DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
INTERVIENEN
Equipo 1 : Análisis de coyuntura de la sociedad
española.
Valoración global de la sociedad española actual y de
los posicionamientos de la iglesia jerárquica ante esa realidad analizada.
Componentes del equipo:
Carlos PEREDA (Coord.) , Angel VILLAGRA, Begoña LUCAS, Benjamín FORCANO, Carmen del
RIO, César ROLLAN, Concha LOPEZ, Cristina PLAZA, Enrique de CASTR,O,
Javier ATIENZA, José Manuel VIDAL, Juan José SANCHEZ, Juan LEON HERRERO, Lutgarda REIG, Manuel de la ROCHA, Manuel G. GUERRA, Miguel
Angel de PRADA, Toni COMIN
Equipo 2. Identidad, organización y posicionamiento de
la Iglesia de Base (Iglesias de Base) ante estos mismos problemas, retos o
desafíos.
Componentes del equipo:
Julio LOIS (Coord.), Alfonso
HERNANDEZ, Carlos MIRANDA, Cecilia HILDEBRANDT, Charo
MARMOL, Elena MARTIN, Elvira DURAN, Gaspar FERNANDEZ, Ignasi
FORCANO, J. Antonio ESTRADA, Jesús BONET, José María GARCIA-MAURIÑO, Juan José
TAMAYO, Julio PINILLOS, Pepa MOLEON, Raquel MALLAVIBARRENA, Rufino VELASCO,
Salvador MENDOZA, Secundino MOVILLA, Tere de HERNANDEZ, Victorino PEREZ
Equipo 3. ¿Qué vías de salida tenemos? ¿Por dónde
deberíamos caminar en un futuro inmediato?
Componentes del equipo:
José Ignacio GONZALEZ FAUS
(coord.), Pepa TORRES, Pilar YUSTE, Antonio MINGUEZ, Aurora LAPIEDRA, César
RQLLAN, Chini RUEDA, Emiliano de TAPIA, Esteban
TABARES, Javier BAEZA, Javier VITORIA, Joaquín GARCIA ROCA, José A. ZAMORA,
Julio CIGUES, Luis Angel AGUILAR, Pedro José GOMEZ,
Rafael ROJO, Tere IRIBARREN, Ricardo GAYOL.
Coordinadores de los equipos:
- Evaristo VILLAR ( e-mail: evaristo_villar@yahoo.es)
- Carlos FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ ( e-mail:
cafoc@tiscali.es )
PLAZAS LIMITADAS
Inscripciones
- Tendrán prioridad las que lleguen antes del 31 de marzo de 2005.
- Pueden hacerse por correo o
fax a;
Iglesia de Base de Madrid
c/S. Bernardo,
12, 2º izqda.
28015-Madrid
Fax:
91-531.37.00
- Al mismo tiempo enviar resguardo del
ingreso bancario
---------------------------------------------------------------------------------------------
Datos personales:
Nombre-Apellidos:
.................................................................................................................................................................................................
Dirección:
...............................................................................................................................................................................................................
Teléfono: ...........................................................
Correo-e:
........................................................................................ Comunidad oGrupo:.......................................................................................
Matrícula:
Asistencia a la Jornada de Estudios: 12 euros
Comida, ............................................8
euros.........SI
NO
Cena,
.................................................8 euros ........SI NO
Total: ____________euros Realizar ingreso bancario en la cuenta: 2013 1627 140200093231 (Caixa Catalunya) Indicando: "Encuentro RE" con nombre. COPIAR Y PEGAR ESTA FICHA CON LOS DATOS Y ENVIAR A: evaristo_villar@yahoo.es o a cafoc@tiscali.es
Cristina Plaza
Ángel
Villagrá
Manuel G. Guerra
Carmen del Río
Juan José Sánchez
Enrique de Castro
José Manuel Vidal
Concha López
César
Rollán
Lutgarda Reig
Begoña Lucas
Evaristo Villar
Carlos F. Ordóñez
Carlos Pereda (coord.)
1.
Análisis de la coyuntura de la sociedad española
(sus problemas y retos)
▪
La modernización acelerada de la sociedad española en los últimos 50
años no sólo ha supuesto importantes cambios materiales (urbanización,
industrialización y desarrollo de la producción y el consumo) y políticos
(constitución democrática de 1978, entrada en la Comunidad Europea en 1986,
paulatina incardinación como país “central” en las relaciones con la periferia
del sistema mundial…) sino también la expansión de un sistema de valores y un
estilo de vida supeditados a la lógica del mercado capitalista. Vale lo que se
vende, incluidas las personas, y la existencia en general se ha convertido en
un gran mercado de compra-venta en orden a extraer beneficios.
▪
El fundamentalismo de la religión del mercado ha conseguido imponer la
ideología del individualismo, la competitividad, la desigualdad y la sumisión,
de tal forma que, junto a los mayores niveles de desarrollo económico conocidos
en España, coexisten la pobreza, la exclusión y la falta de futuro para
generaciones enteras de niños y jóvenes, ante la insensibilidad o el
adormecimiento de conciencias de la mayoría de nuestra sociedad.
▪
La Encuesta Financiera, aplicada por el Banco de España en 2004, ha permtido conocer con precisión la extraordinaria
desigualdad de la distribución de la riqueza en España: el 10% de familias más
ricas acumula 16 veces más patrimonio que el 50% de las familias con menos
renta.
▪
Prevalecen las relaciones sociales basadas en planteamientos
particulares, comunitaristas o excluyentes
(corporativos, partidistas, nacionalistas, tribales…), en detrimento del
respeto y reconocimiento de los derechos humanos y sociales de todas las
personas.
▪
Se ha dado paso a una democracia muy devaluada, con una crisis
profunda de la conciencia de ciudadanía. Los políticos profesionales han
perdido el respeto a la verdad y utilizan habitualmente las artes del engaño,
la manipulación informativa y las corruptelas para llegar o mantenerse en el
poder.
▪
Los medios de comunicación social marcan la agenda política y social:
lo que no sale en los grandes medios no existe. Tas la apariencia de libertad
de expresión, que lava la cara a un sistema injusto, existe un muro de cristal
para la mayoría, que no puede acceder a dichos medios. La estrategia
informativa está dirigida por grandes corporaciones empresariales y financieras
que tratan de convertir el producto en una mercancía, dando lugar a un
periodismo trivializado, espectacular y que fomenta
artificialmente la dualidad exagerando las diferencias y excluyendo a terceros
(Iglesia/Estado, Partido Socialista / Partido Popular, derbis deportivos,
etc.).
▪
La publicidad refuerza las pautas y valores dominantes canalizando las
aspiraciones y deseos más profundos de las personas hacia el consumo de marcas
y mercancías. Por ejemplo, un anuncio que aparece estos días en televisión
reconoce con descaro la falta de libertad de la gente en la sociedad actual
para ofrecer enseguida la conducción de un automóvil como signo de libertad:
“La gente es menos libre de lo que cree. Estás atado al trabajo, tienes que
pagar el piso y vestir y pensar como te dice tu empresa… La libertad no es
fácil. Va a ser duro. Con el Opel-Golf ¡puedes
intentarlo!”.
▪
Mientras la escuela pública experimenta un notable deterioro en el
rendimiento académico y se adapta con dificultad a la realidad multicultural de
la inmigración, la escuela privada es cada vez más elitista.
▪
Las políticas neoliberales que prevalecen tanto en el gobierno español
como en la Unión Europea y en los organismos internacionales favorecen la
privatización de los servicios públicos y dan paso a una creciente dualización
en función de la capacidad adquisitiva de las familias. Precisamente los altos
cargos del gobierno, responsables de los servicios públicos, se encuentran
entre los principales usuarios de prestaciones privadas, cuanto más elitistas
mejor. Es como tener “obispos ateos”, personas que no creen en la función que
realizan.
▪
La actual coyuntura española tiene efectos más negativos en algunos
sectores de población, entre ellos los jóvenes, las mujeres, los niños y los
inmigrantes procedentes del Tercer Mundo:
─
Las generaciones jóvenes tienen ante sí un panorama difícil debido a
la precariedad de los empleos y el encarecimiento de la vivienda. Para
conseguir autonomía no tienen más remedio que disciplinarse en el trabajo, sin
mostrar disconformidad, e hipotecarse por muchos años para pagar la vivienda
(en la Comunidad de Madrid hay que dedicar el 51% de la renta familiar para
pagar un préstamo hipotecario de tipo medio).
─
Las mujeres, al acceder a un empleo remunerado, encuentran muchas
dificultades para conciliar la vida familiar y laboral por lo que posponen o
renuncian a veces a la maternidad. En las empresas prima el criterio de
eficiencia y los compañeros varones siguen adoptando actitudes machistas dentro
del hogar, por lo que las mujeres se sobrecargan de trabajo y con frecuencia
terminan estresadas y padeciendo otros trastornos físicos y psíquicos.
─
Los niños pertenecientes a sectores sociales empobrecidos son los más
perjudicados en la actual situación debido a su fragilidad e imposibilidad de
defenderse. En lugar de favorecer unas condiciones laborales y educativas que
refuercen las instituciones básicas de la familia y la escuela (padre-madre,
maestros), se amplían las instituciones de control de las familias y de tutela
y represión de los niños (incluidas diversas formas de tortura y malos tratos,
amparadas por la legislación actual sobre “menores”).
─
La mayoría de los inmigrantes procedentes de países periféricos se ven
forzados a pasar una primera etapa de irregularidad administrativa, lo que les
obliga a trabajar en la economía sumergida y les impide defenderse
jurídicamente ante los abusos y discriminaciones de que son objeto. En 2004 más
de la mitad de los extranjeros residía en España sin documentación.
▪
El cuadro descrito hasta aquí no impide reconocer que en la historia
de España existe también una tradición de resistencia y luchas por la justicia
que se remonta a siglos pasados y que pervive actualmente. Desde mediados del
siglo XIX los historiadores recogen la confrontación entre las dos Españas, una conservadora-burguesa, a la que se alió la
jerarquía católica, y otra socialista-republicana, que desencadenó la guerra
civil de 1936-39 y la posterior dictadura franquista, de 40 años de duración.
▪
La oposición al franquismo, en la que tuvieron un lugar relevante
algunos movimientos de acción católica y los sectores eclesiales influidos por
el Concilio Vaticano II, logró poner fin a la dictadura de Franco, dando paso a
los pactos de la transición que instauraron una monarquía parlamentaria de
corte democrático pero manteniendo la economía de mercado capitalista que
estaba vigente en los vecinos países de Europa. En sus líneas básicas este
consenso de la transición fue asumido tanto por los partidos parlamentarios de
izquierda como por los dos sindicatos mayoritarios.
▪
Desde entonces España ha vivido dos etapas: una primera de signo
progresista, que supuso una relativa consolidación del Estado de bienestar y de
la sociedad de consumo, y otra de orientación neoliberal, en la que se ha precarizado una parte importante del empleo, han aumentado
las desigualdades sociales y las
políticas privatizadoras, represivas y de control social prevalecen sobre las
políticas sociales, preventivas y de promoción de los derechos sociales y
ciudadanos.
▪
Tanto los llamados nuevos movimientos sociales, surgidos en los años
70, como el movimiento antiglobalización, de finales
del siglo XX, han estado presentes en la mayoría de las ciudades y pueblos de
España, si bien con una capacidad de articulación más bien débil frente al
sistema de dominación vigente, salvo en algunos casos aislados (como la huelga
general de 1988 contra la precarización del empleo
juvenil o las movilizaciones contra la guerra de Irak y la política
pro-americana del gobierno de Aznar que explican, en
última instancia, la victoria de Zapatero en las últimas elecciones generales
de 2004). Muchos viejos luchadores tienen la sensación de que sus esfuerzos no
han servido para casi nada y, para mantenerse a flote, tienen que nadar con una
energía que a veces ya no tienen.
▪
Existen, por otra parte, múltiples síntomas en las más diversas
esferas sociales que apuntan en una dirección transformadora: periodistas y
fotógrafos de prensa que denuncias injusticias y casos de corrupción; medios de
comunicación alternativos (Diagonal, redes libres de Internet como ”Eclesalia”);
enseñantes que trabajan por una educación liberadora;
voluntarios y profesionales que critican una política social subsidiaria del
estado y denuncian las leyes y prácticas injustas de las instituciones;
asociaciones de vecinos que mantienen una tradición de participación
directa en el ámbito local; redes antiglobalización en las que participan activamente
colectivos cristianos de base; inicio de experiencias de diálogo
interreligioso, impulsado desde la base a partir de experiencias como el 11 de
septiembre de 2001 o el 11 de marzo de 2004; etc.
▪
Entre los retos que se plantean a los movimientos sociales críticos,
destacamos los siguientes:
─
Reconstruir una cultura de la ciudadanía, una conciencia común cívica,
basada en el reconocimiento fundamental de los derechos humanos, que se sitúe
por encima de cualquier otro principio o valor social (derechos nacionales,
leyes del mercado, religiones…).
─
Frente al individualismo y la sumisión conformista, es preciso
reavivar la esperanza en que otro mundo es posible y que lo tenemos que
construir desde la articulación de los movimientos sociales en el plano local,
europeo e internacional.
─
Pasar de la cooptación o cooperación con las instituciones injustas a
la denuncia y búsqueda de formas de intervención social alternativa.
─
Replantear el sistema educativo desde el reconocimiento como algo
valioso de la diversidad de género, nacionalidad o cultura, afirmando la
solidaridad y la participación democrática de todos los agentes educativos.
─
Llegar a definir una nueva ética con ejes de acción básica como el
respeto al medio ambiente, el equilibrio de papeles entre el hombre y la mujer,
etc.
─
Buscar nuevas formas de economía social y cooperativa, que se
contraponga a la lógica mercantil capitalista
2.
Posicionamiento de la Iglesia
jerárquica ante la sociedad española (esquema inicial)
▪
Ante los problemas de fondo de la coyuntura española actual, la
jerarquía no se pronuncia. Sus intervenciones son anecdóticas, a veces producen
risa y se centran en temas de tercera clase, casi siempre cuestiones que les
afectan a ellos y ante los que adoptan una actitud defensiva. Cuando se les
cuestiona, son escurridizos como la gelatina.
▪
En perspectiva histórica, los obispos españoles han experimentado una
involución en relación a los años 70, sin duda debida a los cambios acaecidos
en el Vaticano y el nombramiento de obispos conservadores.
▪
La práctica de los actuales obispos está alejada de sus declaraciones.
Dicen que hay que acoger a los pobres pero ellos acaparan sus bienes y
propiedades y no los reparten con quienes más lo necesitan. Su ideología es con
frecuencia reaccionaria, lo que les sitúa como aliados de la derecha
conservadora y como enemigos de los movimientos sociales alternativos.
▪
Están sordos y ciegos para percibir el alejamiento generalizado de la
iglesia, sobre todo por parte de los jóvenes. Siguen contabilizando a los
fieles en función del número de bautizos y bodas, que también disminuyen. Sin
embargo, son cada vez más los increyentes y los que,
diciéndose cristianos, no practica la religión y se sienten lejos de la iglesia
oficial.
▪
La mujer sigue siendo excluida dentro de la iglesia jerárquica, lo que
representa un anacronismo injustificable en la sociedad actual, que los obispos
ni se plantean. Es más, a veces se culpabiliza a la mujer como principal responsable de la crisis de la
familia (tradicional).
▪
Las finanzas de la jerarquía no son públicas y de vez en cuando
asistimos a escándalos financieros en los que algunos obispos están implicados.
▪
La participación de los laicos en el seno de la Iglesia es marginal y
los obispos se reservan siempre la última palabra. En el sínodo de la diócesis
de Madrid se ha excluido expresamente a las comunidades y movimientos de base.
No toleran la disidencia dentro de la Iglesia y desconfían de la libertad de
los cristianos y de las comunidades que no estén encuadradas en un esquema
rígidamente jerárquico.
▪
Lo social de la Iglesia (a través principalmente de Cáritas) se utiliza más como colchón social tranquilizador
que como vía de denuncia social. Se promueve mucho más un voluntariado
paternalista que una militancia activa que denuncie las injusticias y promueva
los valores cristianos.
▪
Las polémicas recientes entre la jerarquía y el gobierno socialista,
avivadas por la prensa, se han centrado en cuestiones particulares que
afectaban el poder y los privilegios sociales de la Iglesia (clases de
religión, enseñanza de la Iglesia, matrimonios de homosexuales, financiación
del clero…). Se trata, no de liberar a los oprimidos de la sociedad, sino de mantener
el tinglado propio. Su lugar social es la seguridad, están cómodos en su
campana de cristal y no quieren cambiar.
▪
En contraste con lo anterior, entre los cristianos españoles se puede
observar una gran pluralidad de situaciones y de posiciones ideológicas, que es
reflejo de la pluralidad social.
▪
Para los cristianos más comprometidos, el reto que se plantea es
mantener el mensaje de esperanza del evangelio de Jesús en un medio hostil,
tanto social como intraeclesial. EQUIPO 2
Posicionamiento de cristianos de
base ante algunos desafíos de la
actualidad Alfonso HERNÁNDEZ Ángel AGUADO Carlos MIRANDA Charo MÁRMOL Elvira DURÁN Evaristo VILLAR Jesús BONET José Mª G.-MAURIÑO Julio LOIS (coor) Raquel MALLAVIBARRENA Rufino VELASCO Secundino MOVILLA Tere PAREDES Aunque el objetivo señalado por los organizadores para este segundo equipo era inicialmente el de clarificar la “identidad, organización y posicionamiento de la Iglesia de Base ante los desafíos del momento presente”, los participantes en esta segunda mesa, al constatar que no todas y todos estábamos igualmente organizados en comunidades y grupos integrados en Iglesia de Base, vimos la necesidad de ampliar el sujeto hasta abarcar también a aquellas personas que, individual o colectivamente, participan de la misma sensibilidad y tratan de enfrentar, desde su propia situación, los mismos desafíos. Consecuentemente, nos vamos a referir en todo lo que sigue a un “sujeto cristiano más amplio”. Un sujeto no siempre ni en todos los casos coordinado, pero que, en coherencia con su fe, participa y comparte las mismas preocupaciones que afectan a toda la base eclesial. En este mismo sujeto ampliado creemos encontrarnos, a pesar de las distancias y de los diferentes contextos socioculturales y religiosos, con nuestras hermanas y hermanos europeos. En sintonía con la psicología y las preocupaciones de este nuevo sujeto, nuestra aportación se propone fundamentalmente estos dos objetivos: Mostrar algunos de los retos y desafíos que se nos presentan como más decisivos y aportar algunas claves para responder cristianamente a los mismos. I. ALGUNOS DESAFÍOS ACTUALES Desde una lectura en profundidad de las ricas y matizadas aportaciones de esta segunda mesa, nos parece que los retos que con mayor urgencia y significación se nos están presentando hoy a todos los cristianos pueden situarse en relación a dos crisis que, de no abordarlas con honestidad, van a afectar muy seriamente a la vivencia cristiana en el futuro. Estas crisis, que consideramos verdaderamente profundas, son las siguientes. De una parte, “la crisis de la propia significación de la fe cristiana. Crisis de significación que se cierne, de manera principal, sobre el cristianismo en Europa (y, desde luego, sobre el cristianismo en España) y que está causando verdaderos estragos muy especialmente en las generaciones más jóvenes. Y, de otra parte, la crisis de significación y credibilidad de la propia Iglesia que está generando el fenómeno (que, a falta de otra palabra más apropiada, llamaremos con un barbarismo) de la “deseclesiastización” de la fe. Antes de entrar en el desarrollo de estos dos fenómenos, permitidnos este breve paréntesis. Creemos que uno de los peligros de la “euforia mediática” a la que hemos asistido (o hemos padecido) durante estas últimas semanas, es el de ocultar el grave alcance de estas dos crisis que acabamos de señalar. Se ha ofrecido la imagen de una Iglesia triunfante que, honestamente, creemos equivocada e irreal. Por otra parte, aunque ambas crisis puedan distinguirse perfectamente (y, por motivos pedagógicos debamos hacerlo), pensamos, sin embargo, que ambas están estrechamente relacionadas y, de algún modo muy importante, se retroalimentan entre si. 1. La crisis de significación de la fe. Consideramos que está estrechamente relacionada con varios desafíos de naturaleza diversa que, sin pretensión de exhaustividad, pasamos a enumerar: · El desafío que representa la injusticia actual con sus abismos de desigualdad creciente e intolerable. A nuestro entender, la “débil respuesta” que, desde nuestras iglesias -genéricamente consideradas-, se está dando a este desafío resta posibilidades de credibilidad y significación al hecho cristiano en nuestra sociedad. Como se ha dicho -y con razón- “la injusticia oculta el rostro del Dios cristiano”. Y también se ha dicho que “la injusticia es la roca del ateismo moderno”. Y es que no podemos olvidar, como subraya la mejor teología actual, que la cuestión de la justicia es, en buena medida, “la cuestión de Dios”. Lo que equivale a decir que el desafío de la injusticia tiene no sólo una dimensión ética, sino también estrictamente teologal. Por esta razón pensamos que de la respuesta que den a este desafío nuestras iglesias en Europa (y en el resto del mundo) va a depender en gran manera el futuro del cristianismo. Por aterrizar en aspectos concretos (en los que fue muy rico nuestro encuentro) el alcance de esta injusticia actual se verifica mejor teniendo en cuenta situaciones tan hirientes como el hambre que causa tantas muertes tempranas, la emigración obligada, la discriminación hiriente de la mujer en todos los ámbitos, la marginación y hasta la exclusión social por razones de raza, etnia, orientación sexual (gays, lesbianas, transexuales.), etc. · El desafío que representa la nueva situación cultural, informada por el ejercicio de la razón crítica moderna y posmoderna, que, junto con el desarrollo actual de las ciencias, ha introducido la sospecha de la posibilidad misma de ser hoy razonablemente creyente y cristiano. En un buen sector de la sociedad reina la idea de que la fe cristiana ha quedado superada por esta nueva situación, al carecer de respuestas válidas para acompañar a las personas en su proceso actual de realización. Esto explica que las generaciones más jóvenes en España, en una elevadísima proporción, afirmen que no reciben mensajes de interés procedentes de la Iglesia. · El desafío que representa, para la pretensión universal de la fe, más específicamente católica, el pluralismo existente de culturas y de confesiones cristianas y religiosas en general. El miedo que se observa en nuestras iglesias a encarar este desafío nos parece que está contribuyendo también a acrecentar esta crisis de fe a la que nos estamos refiriendo. 2. La crisis de significación de nuestras iglesias católicas. Esta segunda crisis creemos que está vinculada, entre otras, a las causas siguientes: A
la excesiva jerarquización
existente en las iglesias actuales; jerarquización
que dificulta la participación activa y responsable de todo el pueblo creyente.
-miedo a repensar críticamente la fe y la moral cristianas en diálogo honesto y crítico con la cultura secular moderna y con los hallazgos de las distintas ciencias; - miedo a la investigación histórico-crítica de la Biblia; - miedo al pluralismo legítimo de interpretaciones teológicas y a su expresión pública; - miedo a los procesos de inserción o encarnación del Evangelio en las diversas culturas; -miedo al avance ecuménico y al diálogo interreligioso; -miedo a la democratización real y legítima de la institución eclesial; -miedo a revisar en profundidad la comprensión y el ejercicio de todos los ministerios en la iglesia y su forma concreta de nombramiento; -miedo a ejercer su tarea profética, crítica y liberadora en la sociedad desde la solidaridad real con la causa de los pobres y excluidos de esta tierra.
II. ALGUNAS RESPUESTAS Ante la imposibilidad de dar respuestas pormenorizadas a los desafíos presentados, nos limitamos a ofrecer algunas pautas o claves fundamentales que estimamos deberían informar esas respuestas: 1ª La vuelta a Jesús de Nazaret, a su vida y mensaje, conduciría indudablemente a recuperar con vigor su seguimiento, clave fundamental de la vivencia cristiana personal y comunitaria. Dicha vuelta incluye, como momento esencial, la opción por los pobres traducida en solidaridad real y efectiva con su causa. Sin dejar de considerar como hecho mayor la pobreza económica, consideramos que no debemos excluir de esta opción otras formas de pobreza y debilidad que son fuentes permanentes de marginación y exclusión social. Esta clave, así formulada, nos parece indispensable para pensar y vivir hoy la fe cristiana de forma creíble y significativa. 2ª El diálogo honesto y crítico con la realidad actual y los distintos saberes autónomos proporcionados por los distintos campos del saber humano (filosofía, ciencias humanas, empíricas, técnicas, etc.) en relación con los distintos niveles y subsistemas que configuran esa realidad. Nos parece particularmente urgente un diálogo franco y honesto con las nuevas sensibilidades de los jóvenes. Un diálogo que debe estar igualmente distante del “atrincheramiento en posiciones doctrinales” ya superadas como de la fácil adaptación a lo nuevo; un diálogo cuidadoso por mantener por igual la fidelidad a la fe y lograr para ella credibilidad y significación. Además consideramos también urgente un diálogo sincero y sin prejuicios con las distintas iglesias cristianas y con las diversas confesiones religiosas y laicas existentes. 3ª La necesidad de fomentar y fortalecer el movimiento comunitario de base en orden a proporcionar referencias comunitarias válidas y posibilitar testimonios significativos. Estamos convencidos de que el testimonio, por pequeño que sea, tiene -como el grano de trigo, la pequeña luz sobre el candelero o el mismo fermento en la masa- la fuerza irresistible del “gesto válido y creíble”. No podemos olvidar que la dimensión alegre y festiva de una comunidad de base hace frecuentemente más creíble el mensaje de Reino que el simple anuncio oral de la fe. Y la presencia de una comunidad, informada por los valores evangélicos, en una cultura rabiosamente individualista, “da siempre que pensar” 4ª Finalmente, creemos que todos los cristinos y cristianas de base debemos empeñar mayores esfuerzos en una mayor y mejor coordinación. Nos referimos no sólo a la coordinación entre todos los grupos, sino también a los diferentes medios de expresión con que contamos. La coordinación en red y, si fuera posible, la unificación de medios serían una vía importante para transmitir tanto a las iglesias como a la sociedad un discurso alternativo edificado sobre los grandes valores humanos y evangélicos que hoy día se echan en falta: la justicia, la igualdad radical, la solidaridad real, la paz, etc. ¿Qué vías de salida tenemos? Antonio MÍNGUEZ, Emiliano de TAPIA, Esteban TABARES, Evaristo VILLAR Javier VITORIA, Joaquín GARCÍA ROCA, Luis Ángel AGUILAR, Pedro José GÓMEZ Pepa TORRES (coord.), Pilar YUSTE, Rafael ROJO, Ricardo GAYOL “Allí
donde la Iglesia pierda el aire de
la fraternidad se quedará sin
respiración, allí donde pierda el paso de la fraternidad dejará de ser
esperanza para los desheredados, allí donde deje de ser espejo de fraternidad se quedará sin cantos para los últimos “ (
J. García Roca) Vivimos tiempos en los que: Respirar no es fácil, lo común es más bien la asfixia y el ahogo por la presión que el pensamiento único, la rigidez de las instituciones y las leyes del mercado y de la seguridad se imponen con éxito. Tiempos en los que experimentamos con dolor que el paso de gran parte de nuestra Iglesia no acompasa las búsquedas, las inquietudes, ni las esperanzas de la gente más excluida de nuestro mundo ni de la más inquieta , sino que más bien “corta el paso “. Tiempos en donde es difícil hacer creíble que la Iglesia es espejo de fraternidad dado los estilos, prácticas, estructuras excluyentes que mantiene dentro de ella y que legitima social y políticamente Pero también existe una Iglesia en la frontera, formamos parte de ella, no partimos de cero, participamos de su sabiduría histórica, de su capacidad de propuesta y resistencia. La frontera es límite y separación, pero también conexión y
relación. Desde la frontera
somos urgidos y urgidas a ser y
hacer puentes que permitan el acceso entre realidades distanciadas y resistan y
frenen la dinámica excluyente del sistema . Nos identificamos con: Una Europa que no aspira a ser una fortaleza encerrada en sí misma, que no quiere formar parte del club de la abundancia y luchamos por ello desde sus entrañas mismas, asumiendo la propia contradicción de ser Iglesia del primer mundo y por tanto nuestra complicidad con la exclusión de los terceros y cuartos mundos , a la vez que nuestro compromiso militante con ellos. Una Europa que disiente las políticas económicas, belicistas y de seguridad que se acuerdan en el Norte y que fuerzan a millones de personas del Sur a este éxodo sangrante que es la emigración . Una Europa también de puertas abiertas, que no se defiende de estos nuevos vecinos y vecinas que reclaman su derecho a la ciudadanía universal y busca con el mestizaje y la interculturalidad . Una Europa que entiende que la palabra libertad ha sido domesticada por el neoliberalismo, y el imperialismo de Bush para legitimar sus fines, vaciándose por tanto de su contenido, de manera que carece de valor sino no es sinónimo de justicia social , solidaridad, pasión por el reconocimiento y compromiso con un nuevo orden mundial , en que el “Otro mundo sea posible “ . Somos conscientes que la utopía social y eclesial que nos sostiene se encuentra en nuestro mundo en la misma correlación de fuerzas que David y Goliat, por eso nos es necesario buscar estrategias concretas para enfrentar y buscar salidas a la sabiduría del mal que toma cuerpo en las estructuras de pecado . Somos también conscientes de que vivimos un cambio de época, marcado por las transformaciones que están suponiendo las nuevas tecnologías y la globalización, lo cual está generando situaciones de amenaza, riesgo, exclusión y muerte para colectivos, pueblos y continentes enteros, pero allí donde está el problema puede emerger también la solución, allí donde vislumbramos los riesgos pueden encontrarse los mimbres para tejer la alternativas. Las amenazas están también preñadas de esperanza. El sistema tiene también sus rendijas en las que es preciso situarse para desquebrajarlo : ALGUNAS AMENAZAS Y POSIBLES VÍAS DE SALIDA : 1. La globalización de lo
económico supone que no sólo se
globalizan los problemas, sino también las personas. Vía de salida : La globalización de lo humano: Insistir en la opción por los pobres y la justicia como un irrenunciable de la fe en Jesucristo, una opción que no es principio teórico sino que se concreta en modos de estar y situarse social, política y cotidianamente entre quienes peor lo pasan en nuestra organización social . Cuidar la presencia, solidaria y próxima, vecinal con la gente más excluida y sus causas. : parados, presos, inmigrantes, mujeres, jóvenes y niños de la calle, etc., porque sólo desde este encuentro y proximidad con las víctimas, participando de sus historias vitales y cruzándolas con las nuestras, podremos vislumbrar propuestas y estrategias de resistencia común. Articular los grupos de base, parroquias y comunidades comprometidas con las causas liberadoras y próximas a las situaciones de riesgo y exclusión, buscar coordinaciones adecuadas y dedicar recursos para ello. Fortalecer alianzas entre la Iglesia de Base y otras iglesias y religiones que confluyen en el compromiso por la justicia, buscando juntos sinergias para denunciar el sistema neoliberal Intensificar la presencia pública y política de los cristianos y cristianas en la tradición de la izquierda y en los movimientos sociales: feminismo, pacifismo, derechos de la tierra, globalización alternativa, movimientos identitarios, etc. 2. El abismo de las desigualdades, la brecha entre el Norte y lo Sures,
entre el club de los satisfechos y el
de los excluidos, y junto a ello la evidencia
de que tales desigualdades pueden ser erradicadas Vía de salida : el cambio radical en la agenda de las iglesias : Una agenda que priorice el dejarse interpelar por lo que está fuera de ella misma, abierta al mundo, no temerosa ni intransigente sino en permanente diálogo con los nuevos desafíos que plantean la cultura y la ciencia y al servicio de las grandes causas humanizadoras: derechos humanos, compromiso por la paz, la justicia social, la solidaridad, tengan o no la etiqueta de cristianas, porque el Espíritu no tiene apellidos y porque una Iglesia que no sirve no sirve para nada (Jacques Gaillot ). Apostar por una perspectiva planetaria en la que se globalice también el derecho a la diversidad y las propias identidades, asumiendo los riesgos que ello conlleva y recogiendo las aportaciones de los nacionalismos humanistas y democráticos como oxigeno imprescindible en un mundo globalizado. Creación de lobbys de presión en torno a temas en los que estén en juego la dignidad de las personas y sus derechos humanos y sociales. Apuesta por la laicidad de la Iglesia, por una clara separación entre religión y Estado Superar el divorcio Iglesia –mundo que llevamos siglos padeciendo. Abandonar los esquemas premodernos en los que todavía permanece inculturada gran parte de la Iglesia y abrirnos al dialogo con la modernidad y la postmodernidad, reconociendo y acogiendo sus valores y su aporte humanizador. Apostar por modos cordiales de inserción y presencia de la Iglesia en el mundo, no desde la condena previa y el juicio moralizante, ni desde modos de presencia confesionales o subrepticios, sino con el estilo del fermento en la masa . Insistir en la metodología
ensayo-error como talante en nuestros compromisos y prácticas eclesiales, porque el Evangelio
tiene siempre más de ensayo, experimentación, búsqueda, que de rutina y
estancamiento. Vivir desde el talante que es mejor correr el riesgo de
equivocarnos que el de no mancharse las manos por el Reino. 3. Relaciones y modos organizativos excluyentes y uniformadores, que despersonalizan lo humano, jerarquizan las diferencias y perpetúan esquemas discriminatorios y de poder y, junto a ello, la emergencia de la horizontalidad, la reciprocidad, el derecho a la diferencia como propuesta relacional y organizativa.
Vías de salida : Apuesta clara por lo Inter y todo tipo de mestizaje: intercultural, intergénero, interreligioso, intergeneracional. Romper con el estereotipo que continúa siendo el dominante en el modelaje de lo humano: varón , blanco, occidental , y ofrecer otros modelos alternativos referenciales: Dios es negra, etc. Desoccidentalizar y desmasculinizar nuestras concepciones, lenguajes, prácticas abriéndonos y cruzándonos con otros paradigmas culturales más holísticos e integradores. Rehabilitar la Iglesia como comunidad de iguales desterrando toda discriminación por cuestiones de género o identidad sexual, una Iglesia de ministerios y de comunión ecuménica, desarrollando las intuiciones del Vaticano II que todavía están por desempolvar. Practicar modos organizativos más circulares y democráticos donde el diálogo, el respeto al pluralismo y el derecho a discrepar y proponer sea reconocido como un modo de vivir la corresponsabilidad en la Iglesia y no como una amenaza. Evitar gastar energías en batallas internas, pero no cejar en el diálogo y la búsqueda de propuestas e iniciativas para que el derecho a la diferencia y el pluralismo en la Iglesia sean posibles. Ante la crisis de insignificancia salvífica que presenta la Iglesia y las necesidades de sentido, y felicidad que continúa anhelando la humanidad en sus entrañas es urgente:
Recuperar y testimoniar la alegría de la fe, superar el síndrome de plañideras que nos amenaza permanentemente en la Iglesia y entonar la profecía del canto, del evangelio como un proyecto generador de felicidad y plenitud de lo humano en el que es posible conciliar compromiso y placer, fiesta y lucha, ética y belleza,. Espiritualidad y corporeidad, resistencia y propuesta , realismo y utopía. Identificar las necesidad de salvación que manifiesta nuestra
cultura y en función de ellas realizar los cambios necesarios en la Iglesia
para poder ser propuesta alternativa
frente a los sucedáneos interesados que se ofrecen desde el sistema ( culto al
poder y al dinero, espiritualidades tranquilizadoras, individualistas, acríticas,
desencarnadas).
Desmontar la categoría de Dios y del cristianismo al uso. Mostrar otras imágenes de Dios, otras experiencias de Iglesia, otros modos de existencia cristiana que puedan ser referencias para los hombres y mujeres de hoy. Sustituir lo discursivo por lo narrativo en nuestra práctica eclesial. Recuperar el carácter narrativo del Evangelio y rescatar de nuestra tradición las historias concretas de hombres y mujeres cuyas vidas tienen capacidad de seducir y contagiar, de ser referentes. Narrar y visibilizar a los santos y santas de nuestro siglo y que han caminado a nuestro lado.
Educar en las generaciones más jóvenes el gusto por la interioridad y la mística del compromiso como placer, fiesta y encuentro. Cuidar la acogida, la calidez, el acompañamiento y el proceso en la incorporación de las personas que se asoman por primera vez a las comunidades cristianas Mostrar y visibilizar
la Iglesia de base en otros ámbitos más
amplios y plurales favoreciendo el reenganche de la gente que se va
quedando por el camino y el
acompañamiento del colectivo cada vez más numeroso que constituyen los “cristianos y cristianas sin Iglesia” 4. La crisis de los valores democráticos y la conciencia ciudadana y junto a ella la la pasión por el reconocimiento, y la necesidad de tejer con lo diverso Impulsar la creación de tejidos comunitarios inclusivos y personalizadores tanto a nivel eclesial como social. Crear foros alternativos de opinión (prensa, publicaciones, documentos ),que visibilicen que otra Iglesia y otro mundo es posible y necesario y que contrarresten los efectos de las declaraciones de la Iglesia oficial .
Estimular un estado en la opinión pública en el que aflore la crítica y las propuestas, en el que el pluralismo y el derecho a disentir tengan carta de ciudadanía. Ser interlocutores en el debate social y eclesial y desmonopolizarlo de los obispos y los políticos. Desidentificarnos públicamente con las prácticas, opiniones y estilos de Iglesia que se alejan del espíritu del Evangelio.
Gestionar eficazmente redes entre las comunidades cristianas y los movimientos alternativos, haciendo confluir recursos, publicaciones, medios. Ante la situación de acoso y atropello que viven personas y comunidades cristianas en el interior de la Iglesia crear “observatorios “ de dichas situaciones para poder ofrecer respaldo fraternal y cauces de denuncia .
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