Este pequeño
comunicado nace de nuestra alegría de ser cristianos y cristianas
homosexuales, pero sin eludir la tristeza e indignación que nos
producen las manifestaciones que algunos de nuestros hermanos que,
compartiendo la misma fe y siendo creyentes, no respetan la
diversidad dentro de la misma comunidad. Pensamos que nos juzgan
cuando Cristo nunca condenó, sino que únicamente predicó la verdad
del Amor.
Ante la congoja que
nos producen las continuas declaraciones y ataques por parte de
determinados sectores de la Iglesia, presentamos el siguiente
manifiesto, en el que expresamos nuestro respeto por la manifestación
que tuvo lugar en Madrid el pasado 18 de junio. No obstante, creemos
que no representa la totalidad de la opinión del pueblo cristiano,
sino únicamente la de esos sectores. Nuestra Madre Iglesia debería
acercarse más al mensaje de amor de Cristo, y no ser reflejo de la
intolerancia y opiniones de determinadas personas. La posición
política de los representantes de la Iglesia no hace más que
dividirla. Las afirmaciones sobre determinados temas deberían hacerse
desde un punto de vista social, no político. Y mucho menos usarlo como
arma arrojadiza sobre algunos grupos de personas.
Desde nuestra
realidad como cristianos y cristianas homosexuales nos declaramos
creyentes, defensores del matrimonio y de los valores familiares,
porque creemos que son importantes y que gracias a ellos se crea una
sociedad más justa, pacífica y solidaria. Por supuesto, estamos a
favor también del matrimonio entre personas del mismo sexo, como base
legítima y válida de familia, que no puede ni debe ser motivo de
condena ni de repulsa. No atacamos en ningún caso los derechos de la
familia formada por un hombre, una mujer y su descendencia. Por el
contrario, lo que verdaderamente se está atacando es la familia
homoparental, que es una realidad que existe pero no quiere ser
reconocida. Es en la familia donde crecimos, crecemos y nos formamos
como personas. Defendemos y deseamos que siga siendo así, modelo de
convivencia y patrón a seguir para construir un mundo más cercano al
modelo de amor que Dios predicaba.
Pedimos a nuestros
hermanos y hermanas cristianas que compartan con nosotros la alegría
de encontrarse en el amor de Cristo. Que, como seres creados por Dios
a su imagen y semejanza, y bendecidos por el amor de Nuestra Madre la
Virgen María, queremos vivir desde nuestra propia naturaleza sexual.
De esta manera, reconocemos la creación de Dios y su diversidad, sin
hacer distinciones, sino celebrando las diferencias y contrastes como
sal que alimenta la Tierra y la Obra de Dios.
Y, con motivo del
día del Orgullo Gay, queremos compartir la alegría de ser Hijos de
Dios, de poder vivir nuestra fe en Cristo, de escuchar la Buena Nueva,
de recibir la bendición de haber crecido en una familia y de poder
seguir construyendo un mundo mejor con el ejemplo de Cristo Vivo. Y,
por supuesto, la alegría de ver aprobada una ley, la del
reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, que nos
iguala en derechos y obligaciones para con la sociedad, con la que nos
comprometemos a trabajar y mejorar. Queremos ser instrumentos activos
de Dios en este mundo a través de la realización de nuestro amor en el
seno de una pareja.
Alicante, 25 de
junio de 2005
Contactos:
Juan Antonio
(Alicante) – 678 708 730
Juan Ignacio
(Elda) – 605 513 969
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