La
Santa Sede siguió muy de cerca los preparativos de la gran
manifestación que tuvo lugar el pasado día 18 contra las bodas gays
El
cardenal López Trujillo, estrecho colaborador del Papa, viajó a Madrid
para seguir de cerca los preparativos de la protesta
LA VANGUARDIA.
ENRIC JULIANA - 24/06/2005. MADRID
El Vaticano tuteló
directamente los preparativos de la masiva manifestación del pasado
domingo en Madrid contra la iniciativa legislativa del Gobierno
español para el reconocimiento de las unión de las parejas
homosexuales con el título de matrimono civil y el reconocimiento del
derecho de adopción para éstas.
El cardenal
colombiano Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo
Pontificio para la Familia, mantuvo varios encuentros en Madrid con
destacados miembros de la jerarquía eclesiástica antes y después de
la reunión del comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal
Española (CEE) que el día 10 de junio decidió dar apoyo al acto de
protesta convocado por el Foro Español de la Familia.
El cardenal López
Trujillo se había desplazado a España para conocer de primera mano los
preparativos del V Encuentro Mundial de la Familia que tendrá lugar
en julio del 2006 en Valencia y que será motivo del primer viaje a
España del Papa Benedicto XVI. La Santa Sede concede especial
relieve a esta convocatoria, por su importancia objetiva y por la
oportunidad de convertir el encuentro en una gran demostración de
fuerza ante el Gobierno español, cuya gestión en materia de
costumbres es considerada especialmente negativa por Roma.
Desde Valencia, el
cardenal colombiano viajó a Madrid con el especial propósito de seguir
de cerca la preparación de la primera gran manifestación católica
contra la política del Gobierno Zapatero. El presidente del Consejo
Pontificio para la Familia fue informado exhaustivamente sobre ella y
sobre los eclesiásticos que habían decidido sumarse a la protesta,
encabezados por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco
Varela, y el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares.
Rouco Varela y
Cañizares son los dos prelados españoles que en estos momentos
mantienen mejores canales de comunicación con Roma, si bien ambos
sufrieron un notorio revés en la última elección de los cargos
directivos de la Conferencia Episcopal Española, el pasado mes de
marzo. El cardenal Rouco fracasó en el intento de ser reelegido
presidente por tercera vez, al faltarle un voto para la obtención de
los dos tercios necesarios. Descartada su candidatura a la
presidencia, el arzobispo de Toledo fue derrotado por el obispo de
Bilbao, Ricardo Blázquez, por 40 votos a 37. Cañizares, conocido en
medios eclesiásticos como el pequeño Ratzinger -por su antigua
amistad con el actual Papa-, fue elegido vicepresidente.
La ausencia del
obispo Blázquez en la manifestación obedeció a la firme
decisión del actual presidente de la CEE de mantener un perfil
moderado y no provocó especial preocupación en Roma, según las
versiones que ha podido contrastar este diario. A las autoridades
vaticanas les sorprendió más, sin embargo, que ni un sólo obispo
catalán, especialmente el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez
Sistach, participara en el acto.
La presencia del
cardenal López Trujillo en Madrid viene a confirmar la intensidad con
que la Santa Sede sigue las problemáticas relaciones entre la
Iglesia y el Gobierno socialista español. En altas instancias del
Vaticano, la política del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez
Zapatero ha sido interpretada en más de una ocasión como un "laboratorio
laicista", cuya trascendencia supera las fronteras españoles, en la
medida que puede proyectarse como ejemplo para el resto de Europa y
los países latinoaméricanos, hipótesis esta última que preocupa
especialmente en Roma. El cardenal López Trujillo, de 70 años, al que
se le ha atribuido una cierta vecindad con el Opus Dei, tuvo un
intenso papel en los días inmediatamente anteriores al cónclave que
eligió Papa a Benedicto XVI.
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