José Redondo de Francisco
Queridos Sres.
Obispos: Llevo meses de baja por motivos de salud, y he tenido la
oportunidad de escuchar por las mañanas las tertulias radiofónicas
que comentan la actualidad.
Mi hijo me aconseja
que no siempre sintonice RNE, y escuche alguna vez la COPE, para
comparar ¿”No es “la radio de los obispos?” Me lo dice “con
segundas”, porque él conoce mis profundas convicciones cristianas y
quiere mi opinión.
Es por ello por lo
que, para responderle con conocimiento de causa, he escuchado
algunos días el programa de “Las mañanas de la Cope”. ¡Me he quedado
de piedra! El director, J. Losantos, instala un estilo desenfadado
de mordaz ironía, desvergüenza, falta de respeto, insultos,
violencia verbal… en el que los demás tertulianos se desenvuelven
como pez en el agua, redundando en lo mismo. Se nota una obsesión
enfermiza por atacar al gobierno de la nación, cuyo único objetivo
justifica los insultos y los comentarios denigrantes contra los
adversarios. Me ha dado mucha vergüenza ajena, no porque critiquen
posiciones con las que no están de acuerdo, que es legítimo, sino
por “despellejar” de esa forma al prójimo que no comparte su
opinión. ¿Creerán que así consiguen un voto más de su parte? Cuando
recuerdo que la gente la considera “la emisora de la Iglesia
católica”, a la que yo pertenezco,…¡qué vergüenza!
Aturdido por esta
situación embarazosa ante mi hijo, y buscando alguna justificación
que no podía encontrar, al fin un día le respondí: “No me explico
cómo la Jerarquía es tan permisiva con esta situación, cuando ha
sido tan celosa en apartar de sus clases de religión a profesores,
cuya vida privada no era muy edificante según ellos, para sus
alumnos”. El me replica: ”Si los obispos escuchan este programa y no
lo cortan, es que les gusta el morbo de atacar al gobierno, y …¡con
qué modales…!”.
Me he tenido que morder la lengua ante la evidencia, y
me ha venido a la mente aquel refrán: ”cuando el cura anda a peces,
qué harán los feligreses”.
Entonces decidí que
no debe quedar todo en agua de borrajas, y me declaré “objetor de
conciencia” a la COPE. Al entregar ayer la declaración de la renta
cambié mi signo: marqué la crucecita de mi asignación tributaria, y
la de mi mujer, con su beneplácito, a “fines sociales”, ya que no
puedo consentir que la Iglesia Católica utilice mis impuestos para
pagar programas basura y antievangélicos. Y pensé en este slogan:
”Ni un espacio, ni un minuto, ni un euro para la COPE”.
Cuando desaparezca el
programa y los obispos convoquen a las manifestaciones por la
campaña “Pobreza cero”, aquí me tendrán de nuevo.
Saludos
José Redondo de
Francisco (católico)
DNI: 9.627.308