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A LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA                            29-6-2005

 

José Redondo de Francisco

         Queridos Sres. Obispos: Llevo meses de baja por motivos de salud, y he tenido  la oportunidad de escuchar por las mañanas las tertulias radiofónicas que comentan la actualidad.

Mi hijo me aconseja que no siempre sintonice RNE, y escuche alguna vez la COPE, para comparar ¿”No es “la radio de los obispos?”  Me lo dice “con segundas”, porque él conoce mis profundas convicciones cristianas y quiere mi opinión.

Es por ello por lo que, para responderle con conocimiento de causa, he escuchado algunos días el programa de “Las mañanas de la Cope”. ¡Me he quedado de piedra! El director, J. Losantos, instala un estilo desenfadado de mordaz ironía, desvergüenza, falta de respeto, insultos, violencia verbal… en el que los demás tertulianos se desenvuelven como pez en el agua, redundando en lo mismo. Se nota una obsesión enfermiza por atacar al gobierno de la nación, cuyo único objetivo justifica los insultos y los comentarios denigrantes contra los adversarios.  Me ha dado mucha vergüenza ajena,  no porque critiquen posiciones con las que no están de acuerdo, que es legítimo, sino por “despellejar” de esa forma al prójimo que no comparte su opinión. ¿Creerán que así consiguen un voto más de su parte? Cuando recuerdo que la gente la considera “la emisora de la Iglesia católica”, a la que yo pertenezco,…¡qué vergüenza!

Aturdido por esta situación embarazosa ante mi hijo,  y buscando alguna justificación que no podía encontrar, al fin un día le respondí: “No me explico cómo la Jerarquía es tan permisiva con esta situación, cuando ha sido tan celosa en apartar de sus clases de religión a profesores, cuya vida privada no era muy edificante según ellos, para sus alumnos”. El me replica: ”Si los obispos escuchan este programa y no lo cortan, es que les gusta el morbo de atacar al gobierno, y …¡con qué modales…!”. 

            Me he tenido que morder la lengua ante la evidencia, y me ha venido a la mente aquel refrán: ”cuando el cura anda a peces, qué harán los feligreses”.

Entonces decidí que no debe quedar todo en agua de borrajas, y me declaré “objetor de conciencia”  a la COPE.  Al entregar ayer la declaración de la renta cambié mi signo: marqué la crucecita de mi asignación tributaria, y la de mi mujer, con su beneplácito, a “fines sociales”, ya que no puedo consentir que la Iglesia Católica utilice mis impuestos para pagar programas basura y antievangélicos. Y pensé en este slogan:  ”Ni un espacio, ni un minuto, ni un euro para la COPE”.

Cuando desaparezca el programa y los obispos convoquen a las manifestaciones por la campaña “Pobreza cero”, aquí me tendrán de nuevo.

Saludos

José Redondo de Francisco (católico)

          DNI: 9.627.308 

 

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