LA PRIMERA SENTENCIA DEL PREFECTO LEVADA
HACE TEMBLAR A LA LEGIÓN DE CRISTO
11-8-2005
Al
arzobispo Levada le nombró Benedicto XVI para sustituirle en
la Congregación para la Doctrina de la Fe. Se ha especulado desde el
principio sobre cuáles serían los documentos sobre horripilantes
escándalos de los que habló Ratzinger a los cardenales antes del
Cónclave. Y de las palabras "cumpliré con lo acordado" que dirigió a
un relevante cardenal americano. Tras cien días de pontificado,
empiezan a moverse algunas cosas....
La página web
“Chiesa” publicó
el 28 de Julio una importante información. El que pueda y quiera
no deje de leer el texto completo. Sandro Magister es un buen
periodista, con fino olfato. Es laico y está en una casa L'EXPRESSO
señaladamente laica. Pero muy cerca de los neoconservadores e
interesado por el giro neoconservador de la Iglesia. Es de los
que se llaman ahora "neo-teos" y Alfonso Álvarez Bolado llamaba
"neo-galicanos", los que desde fuera de la Iglesia pretenden que la
Iglesia cumpla la misión en este mundo de legitimar los poderes y la
estabilidad (conservación) social. Esta vez la información que da
tiene veneno contra los ultraconservadores.
Se alude a la condenación, por parte del
sucesor de Ratzinger (trasladado por el papa de su sede arzobispal de
San Francisco, en Estados Unidos, al dicasterio vaticano) en la
dirección de la Congregación por la Doctrina de la Fe (ex-Santo
oficio, ex-Santa Inquisición) del sacerdote italiano Gino Burresi.
Sus culpas son, aunque menores, las
mismas de las que se acusa a Marcial Maciel, fundador de los
Legionarios de Cristo.
El decreto del dicasterio vaticano que Sandro Magister
desempolva y comenta tiene
la fecha del 27 de mayo del año 2005. En él se da cuenta de que contra
el Padre Luigi (Gino) Burresi, fundador de la Congregación de Siervos
del Corazón Inmaculado de María se han tomado las siguientes
medidas
canónicas:
1.Revocación de la facultad de recibir
confesiones de todos los fieles y en todos los lugares del mundo, de
acuerdo con los cánones 966 y 969 del Derecho canónico;
2. prohibición definitiva de ejercer el
ministerio de la dirección espiritual con cualesquiera fieles, sean
ellos laicos, clérigos o consagrados;
3. revocación de la facultad de
predicar, de que tratan los cánones 764 y 765;
4. prohibición de celebrar en público
sacramentos o sacramentales;
5. prohibición de conceder entrevistas,
escribir en diarios, opúsculos, revistas periódicas o páginas de
internet, de participar en transmisiones radiofónicas o televisivas
que traten de materias que pertenezcan a la doctrina católica, la
moral, a fenómenos sobrenaturales o místicos.
Esto equivale a condenar al citado
sacerdote, fundador de los Siervos del Corazón Inmaculado de María, a
dejar totalmente el ministerio sacerdotal y retirarse a la vida
privada.
Entre los motivos para esta fuerte
condenación se citan abusos en la confesión y en la dirección
espiritual. Fuentes vaticanas han confirmado que a estos motivos se
han añadido abusos sexuales achacados al Padre Burresi por algunos que
fueron sus seguidores y seminaristas en los años setenta y ochenta.
Como los motivos de condenación son de
la misma índole pero mucho mayores en el caso de otro fundador, del
padre Marcial Maciel, fundador y primer director de los Legionarios de
Cristo, se espera con harto fundamento que la severidad adoptada
contra Burresi sea preludio de una sentencia de igual rigor contra
Marcial Maciel. El proceso contra Maciel está abierto en estos
momentos en la Congregación de la Doctrina de la Fe, que envió a
principios de abril del 2005 a su Promotor de Justicia, Charles Scicluna, a México, con el fin de interrogar a las víctimas que acusan
a Maciel de abusos sexuales de mucha mayor gravedad que los de Burresi.
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