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REEMPRENDER EN OTOÑO CON EL ATRIO EN OBRAS                               23-9-2005

Antonio Duato

Moderador y editor de ATRIO

Tras la pausa del verano, reanudamos al empezar el otoño nuestra presencia activa en Internet. Nuestro objetivo es el de siempre: seleccionar, documentar y comentar los temas más importantes de actualidad fronteriza entre religión y sociedad.

Animados por la respuesta recibida a nuestra solicitud de aportación económica (30 personas han enviado su aportación hasta ahora; no son muchos –comparadas con los 1.200 que firmaron nuestro último manifiesto y nos animaron a seguir– pero suficientes para comprometernos y no defraudarles) hemos iniciado contactos con un equipo profesional que va rediseñar nuestro portal con el objetivo de hacerlo técnicamente más fácil de actualizar y de utilizar. Quisiéramos que conservara las características de claridad y sencillez que ha tenido hasta ahora y que algunos nos han alabado, pero que hiciera posible albergar mayor riqueza y complejidad de contenidos, permitiendo una interacción más directa con los lectores. No nos gustan los blogs estándar despersonalizados, pero hay que encontrar la manera de simplificar la tarea de edición que consume muchas horas y retrasa las actualizaciones.

Por ahora, como pasa siempre, estamos con el portal en obras y todo son pegas sin que se vean aún las ventajas… Pero no queremos retrasarnos más y ofrecemos ya, en este primer día de otoño, el anuncio de una serie de materiales y reflexiones que seguirán en los próximos días, centradas en estos temas:

– ¿Se oponen sólo a la utilización del término “matrimonio”?

– ¿Será Rita quien abogue por la causa imposible de aprobar a Bush?

– ¿Cristianos o cristianistas?

– ¿Es Benedicto XVI un gran catequista?

– ¿Quién teme al obispo Maccarone?

- Eppur si muove...

Adelantaremos algo de documentación y comentario a estos temas y todos los que vosotros planteéis, pero esperamos las colaboraciones y comentarios de todos los gentiles que nos damos una vuelta por el Atrio que circunda el Templo como espacio abierto, con el vicio de utilizar la cabeza para pensar y deseosos de encontrar interlocutores críticos y abiertos a las cuestiones sobre el sentido último.

¡Ah! Y si antes de salir de Atrio quieres dejar voluntariamente tu óbolo puedes hacerlo pinchando en la portada o aquí en el botón APORTACIÓN.

 

 

 

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