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LA ILEGALIZACIÓN DE BATASUNA.

Por Antonio Duato.

El pasado 26 de Agosto 2002 puede señalar un hito decisivo en el conflicto entre el estado democrático y el nacionalismo radical vasco. Coincidieron ese día dos hechos: la firma del Auto del juez Garzón sobre la preventiva clausura de sedes y suspensión de actividades de Batasuna y la aprobación por el Parlamento de una resolución instando al Gobierno a solicitar la ilegalización de Batasuna por la reciente Ley Orgánica de Partidos Políticos de 27 de Junio de 2002.

Esta ilegalización penal y civil que se ha puesto simultáneamente en marcha esta semana parece que era lo que querían evitar los obispos vascos en su célebre Pastoral,  por "algunas consecuencias sombrías que prevemos como sólidamente probables" A esta Pastoral y a las múltiples reacciones que produjo dedicó ATRIO mucha atención. (Véase el Dossier de Documentación).

El camino de la ilegalización por la Ley de Partidos puede ser aún largo hasta que se llegue a las sentencias definitivas del Supremo, del Constitucional y de Luxemburgo. Pero con su Auto de cierre y suspensión de actividades por un periodo de tres años, el juez Garzón ha acelerado tremendamente el proceso. A reservas de lo que la Audiencia Nacional y el Supremo confirme o rechacen este Auto, el experimento de ilegalización se ha producido ya esta semana y sobre él podemos hacer estas reflexiones.

La ejecución del Auto y el cierre de las sedes se ha ejecutado por la Ertzaintza, que actuaba como policía judicial, con contundencia y con menos resistencia violenta de la que se podía temer. Así lo constataba ayer en El País Emilio Alfaro en un comentario titulado Solidaridad menguante en donde expresaba la extrañeza por la supuesta falta de respuesta que estaba teniendo en la sociedad vasca las llamadas a la movilización. Sea lo que sea en el futuro esta impresión la compartimos muchos. El primer acto al menos de la ilegalización no ha sido tan sombrío.

No ha habido ninguna declaración episcopal con esta ocasión. Espero que no haya tampoco ningún documento en este próximo fin de semana. Esto ayuda a la desdramatización. A veces el discreto silencio y ausencia de protagonismo es la mejor actitud pastoral.

Protagonismo sí que ha tenido el juez Garzón. Algunos vuelven a hablar de su vanidad ("esta haciendo propaganda para el Nóbel") o de las deficiencias jurídicas de sus autos, como cuando actuó en el caso del Gal o de Pinochet. Sobre la debilidad jurídica ha escrito sobre todo el catedrático Pérez Royo, con el argumento de que el supuesto procesal sobre el que tendría fundamento jurídico el Auto, si se produjera dentro del proceso penal a los más altos representantes del partido, no se da en este caso. ¿Vale todo frente a Batasuna? se pregunta Pérez Royo. No, pero un poco menos de miedo difuso y más firmeza en la aplicación del derecho, sí.

La verdad es que Garzón no suele pisarse los dedos  en estas actuaciones. Y que, aun en el caso que el auto fuese posteriormente revocado, ya habría cumplido la finalidad de hacer ver a la sociedad, y sobre todo a la vasca, que una actitud firme de las fuerzas de seguridad para defender el estado de derecho en las calles de Euskadi es posible. La gente, incluso en Euskadi, conoce bien la diferencia entre estas medidas y la que se imponían indiscriminadamente en tiempos de la dictadura, pese a lo que digan ante las cámaras los voceros de Batasuna.

  El PNV acepta a regañadientes la legalidad. No ha frenado o no podía frenar la actuación de la Ertzantza. Está recibiendo la mayores críticas de parte de Batasuna. Sus representantes hacen retórica contra el PP,  se consideran víctimas de una estrategia electotal y confirman de cara a los abertzales su nacionalismo. Pero estarían dispuestos seguramente a volver a Ajurianea y por eso el PSOE recomienda a Azanar no cargar demasiado las tientas contra ellos. Esta unión de los que aceptan sin reservas los métodos democráticos en su lucha sincera contra la violencia de ETA y con el compromiso de dejar a parte entretanto la cuestión de la reforma constitucional, podría ser el camino de salida.

(Hay un FORO abierto en ATRIO sobre nacionalismo y democracia y con este artículo que se incluirá en él se reaunda y se anima a todos a participar)

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