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Un elefante que nos ha caído encima

Lo ha dicho en Madrid el cardenal Darío Castrillón Hoyos, presidente de la Congregación para el Clero a propósito de lo que llama despectivamente "problema de los sacerdotes americanos" magnificado por la prensa internacional. ¡Qué arogancia, propia del marco de su conferencia: la celebración del centanario del fundador del Opus! ¡Cómo contrasta con la seriedad y humildad mostrada por los obispos norteamericanos reunidos en Dallas, del 13 al 15 de Junio para reflexionar y tomar decisiones.

Era El País  quien refería esas palabras del cardenal. Típica reacción del Vaticano. Cuando llega un problema así, negarlo y congelarlo lo más que se pueda y dejar pasar tiempo.  Y respecto a este caso, ya fue bastante que el Papa se reuniese con los Cardenales de EE.UU y proclamase su indignación con los curas pederasta. Pero muchos en el Vaticano opinan que los obispos americanos están demasiados presionados por la opinión pública y van a llevar las medidas de protección a los niños y jóvenes demasiado lejos. Lo cuenta desde Roma el magnífico corresponsal de la NCR, John L. Allen Jr.

Tantas eran las presionas desde Roma para no tomar demasiado en serio el asunto que se temía que la Conferencia Norteamericana iba a echar algo de arena sobre la crisis, volviendo atrás de su propósito declarado de "tolerancia cero". No ha sido así. Los obispos americanos han demostrado en esta ocasión saber reaccionar a una crisis mirando de frente a la realidad sin engañarse y teniendo en cuenta sobre todo a las víctimas de estas actuaciones de eclesiásticos.

Recomendamos leer la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes  y las Normas para las diócesis sobre cómo actuar frente a las acusaciones por abusos sexuales (texto sólo en inglés). Pero es muy importante recorrer también las ponencias con que se preparó la reflexión de esta reunión y la manera con que la Presidencia abrió la sesión y presentó los trabajos a la prensa. Para ello se puede acudir a directamente a la página de la Conferencia Episcopal de EE.UU que en este momento prsenta en primera página todos los materiales relacionados con esta importante Conferencia. Recomendamos especialmente la Comunicación de una seglar Margaret O'Brien Steinfels, y la Comunicación introductoria a la Prensa del obispo Wilton Gregory.

Sería interesante enriquecer este Dossier de "Dallas 2002" con la traducción en español de todos los documentos y comentarios publicados o inéditos, a los mismos. Lo vamos a ir haciendo. ¿Alguien quiere ayudar traduciendo, comentando o buscando?

Y una observación final. Esta Conferencia de Dallas podría ser un buen aviso para navegantes, pues la crisis se va extender en dos sentidos:

-el derecho de las víctimas a denunciar y reclamar justicia se va a ir extendiendo a otros países. Se verá como este no es un elefante que nos cae desde América sino que llevamos encima en nuestras iglesias europeas, empezando por Roma. ¿Se podrá callar mucho tiempo el Arzobispo de Madrid en responder de las acusaciones ya presentadas en tribunales contra un sacerdote con importantes cargos en su diócesis? ¿Acaso sobre este tema no puede cambiar rápidamente la sensibilidad de nuestra sociedad como ha pasado en el de los malos tratos o abusos sexuales a mujeres?

-se levantará rápidamente el listón a abusos con mayores de edad,  pues aunque es más difícil la inculpación penal, si que hay mucho que responder a la sociedad del aprovechamiento de la autoridad moral para conseguir favores sexuales de personas del entorno creyente o para mantener en secreto y con humillación de la otra parte relaciones de pareja de hecho. Ya ha habido dos obispos americanos que han tenido que dimitir por un pasado de relaciones sexuales en el que no estaba implicado ningún menor, que es el caso que hasta ahora se ha puesto sobre el tapete. ¿Qué presagian estos vientos?. A.D.

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