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ACABAMOS DE LEER Y COMENTAMOS

COMO HABLAR DE DIOS EN UNA SOCIEDAD SECULARIZADA

Existen aún "curas obreros". Se siguen reuniendo y hablando. Lo que fue la gran experiencia de la Iglesia preparatoria del Vaticano II se mantiene viva como resto y fermento de una posible renovación de la Iglesia. Esta es la esperanza que nos ha producido la lectura de seste Comunicado de su última reunión en Liria el 8 y 9 de Junio.

Era el año 1950. Habíamos asistido en Bruselas al 25º Aniversario de la JOC. Al regreso pasamos por París. Estaba el Cardenal Suhard, que impulsaba la renovación de la Iglesia por una conversión a la vida real de la gente. Con su ayuda había surgido la "Misión de París", los curas obreros. Conversamos con alguno de ellos. Y hablamos de lo que aportaban Congar y Chenú a la "Nueva Teología" que había recibido un "monitum" condenatorio de Pío XII: aceptación de la evolución pero sobre todo de la realidad social.

Después de esta época minoritaria y de fermento, la experiencia de la misión de la iglesia en el mundo a partir de la encarnación en la realidad de los pobres eclosionó en el Vaticano II y en los dinamismos que este generó. Pero tras la dudas y temores de Pablo VI, la decidida voluntad restauradora de Juan Pablo II y la ola neoconservadora que siguió a la caída del muro de Berlín,  esta nueva experincia de sentir la misión sacerdotal haciéndose un hombre más entre los que sufren opresión y luchan por la liberación parecía que se se había sepultado.

Por eso nos ha causado sorpresa y esperanza el comprobar que la semilla queda ahí. Son experiencias vitales y profundamente religiosas que contituyen un fermento de enorme valor y potencia para el futuro.

Algunos, en ese camino por hacer presente al Dios de Jesús en una sociedad secularizada dejamos la vinculación ministerial con la Iglesia. Pero creo que en este ATRIO donde nos debemos encontrar todos, los que van y los que vienen, los que entran y los que salen, nos debe reconfortar que sigan existiendo dentro mismo del corazón de la mayor iglesia cristiana un "resto" de personas que siguen viviendo su entrega a Jesús y a su comunidad tan unida con su entrega al trabajo profesional y a la clase obrera. Por eso recibimos como soplo de aire fresco el Comunicado que presntamos y que invitamos a leer, si no lo han hecho ya,  pinchando aqui.

Una última consideración. Por esta experiencia de curas obreros ya no se ha interesado ni un sólo obispo español. Por eso ellos tienen que acudir a las palabras de ánimo que a sus compañeros franceses les dirigió intitucionalmente el Comité espiscopal francés para la Misión en el Mundo Obrero, que sigue existiendo en Francia a pesar de que los obispos franceses estén metidos en la cultura europea neocapitalista como nuestros obispos. ¡Qué diferencia! A.D.

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