SerDoc. Nº 3.   10-12-01                               IR O VOLVER AL INDICE DE DOCUMENTOS EN  ATRIO

NOTA DEL 23 OCTUBRE 2002: Este Dossier se publicó en ATRIO en Diciembre de 2001. Era la primera vez que se publicaba algo sobre este tema en España.  A partir de entonces ha habido más información y documentos publicados que pueden consultarse pinchando AQUÍ o volviendo al índice de documentos.

 

Proceso canónico sobre abusos sexuales contra el fundador de una orden religiosa, abortado prematuramente por el Vaticano.

  1. El deber de informar de los que otros no informan

  2. Síntesis de los hechos y encuadre de los documentos

  3. La información de The Hartford Courants 23-02-1997

  4. Carta del interesado negando absolutamente las acusaciones 28-2-1997

  5. ¿Salvación de la Iglesia o "culto" sectario? 1997

  6. La información en La Jornada (México) 13-05-97

  7. La información en National Catholic Reporter 7-12-2001

  8. Sitios donde encontrar información sobre la parte acusada

  9. Una postdata muy personal

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Dado lo limitado de nuestros recursos, no podemos ofrecer la documentación completa en español. Pero si Usted dispone de la traducción española de algún documento de los publicados o se ofrece a traducirlo en breve, comuníquelo a serdoc@atrio.org 

PARA ENVIAR SUS OPINIONES O MÁS INFORMACIÓN: serdoc@atrio.org

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Una vez más nos hemos encontrado con una información, publicada por una prestigiosa y seria revista católica americana, y hemos decidido ofrecer toda la documentación completa en ATRIO, ya que ningún otro medio se ha hecho eco de ella .

No nos mueve el afán de escándalo y comprendemos que se trata de una persona ya anciana, muy estimada por muchos e incluso propuesta como modelo por las más altas instancias de la Iglesia. Pero se nos impone, como a la revista National Catholic Reporter, el deber de informar de lo que otros callan -principio de subsidiaridad informativa-, siendo voz de aquellos a quienes se les quita otra manera de defenderse a sí mismos y de defender la verdad de los hechos.

Sobre este caso ofrecemos hoy toda la información recogida hasta el momento, en un dossier inacabado, pues seguiremos añadiendo al mismo todos los documentos que encontremos o nos envíen, dejando siempre en suspenso el juicio. Pues al fallar el recurso al juicio canónico, lo único que cabe es el de la opinión pública, la de los creyentes y la secular, en ese ámbito común que nosotros hemos designado como "Atrio".

En octubre de 1998, se presentó una acusación muy grave, siguiendo todos los procedimientos del Derecho Canónico y aportando pruebas suficientes para que el caso fuese admitido por la Congregación de la Defensa de la Fe, que es la encargada de juzgar materias en que se mezcla delitos sexuales y sacramento de la penitencia. En febrero de 1999 se comunica la aceptación de la causa y su registro oficial como Absolutionis complici (A. Jurado el alii - Rev. MMD). Casi dos años después, sin que la causa se vea, sin que los testigos puedan declarar, en julio de 2000 un oficial de la Congregación comunica a los acusadores que se ha interrumpido todo y que, si lo desean ser oídos en juicio, acudan a una instancia civil. Los acusadores insisten en que, si es falsa la acusación --único motivo válido para no seguir adelante-, ellos deben ser juzgados y condenados por falsa acusación en caso tan grave, tal como prevé el Derecho Canónico. Pero el oficial de la Congregación frivoliza sobre esta posibilidad, dando a entender que el Derecho Canónico no hay que tomárselo en serio. Es curioso que el consejero principal de los acusadores es una persona muy conservadora, que había estudiado derecho canónico con pasión pues sus superiores del Opus Dei le habían hecho ver la importancia que tenía el derecho en la Iglesia.

Los acusadores, que se comprometieron al silencio mientras duraba el proceso, al quedar sin esperanza de que se haga justicia, exponen la causa a la opinión pública para que nosotros nos informemos y juzguemos. ¿No es esto correcto y práctica habitual en nuestra sociedad?

Los hechos se remontan a más de cuarenta años atrás. En el derecho canónico hay prescripción de delitos a los diez años, pero se puede defender que no se produjo la prescripción pues las denuncias en otras instancias han sido repetidas desde hace mucho tiempo. Y en este caso el retraso en denunciarlos formalmente a la Congregación de la Fe está más que justificado. Han hecho falta años para que las víctimas superaran las heridas y maduraran psicológicamente en una nueva vida. Ha hecho falta una serie de coincidencias y de ayudas externas para que estas personas se unieran y decidieran actuar conjuntamente. Y con el tiempo el supuesto delincuente ha ido creciendo en prestigio e imponiéndose como modelo y santo.

Y hasta aquí no hemos citado nombres. Si alguien no quiere conocer más detalles, puede interrumpir la lectura de este Boletín. En adelante, para poder cumplir el deber informativo, necesitaremos dar nombres y señales de todo.

 

  • Síntesis de los hechos y encuadre de los documentos

En 1941 un seminarista de 20 años, Marcial Maciel comienza en la ciudad de México a reunir unos adolescentes con el fin de crear una Congregación Religiosa, los Legionarios de Cristo. Se puede ver una breve historia en un boletín de la Universidad Francisco de Vitoria, propiedad de la Congregación ( www.fvitoria.com ) .

En 1946 se establece con sus jóvenes junto a Comillas, a cuyo seminario y universidad van a estudiar, consiguiendo muchas vocaciones entre los seminaristas de aquel centro. Posteriormente, en 1950, funda otro Colegio en la Via Aurelia de Roma, desde donde acuden a la Gregoriana para estudiar Filosofía y Teología.

En 1956 el P. Maciel es suspendido como Superior General al iniciarse una  investigación canónica por acusaciones graves contra él. Como consecuencia. tienen que hacerse cargo del gobierno de la congregación los primeros sacerdotes de la misma, que precisamente eran españoles, reclutados en Comillas.  Pero en 1959 es restituido en su cargo por falta de testigos y pruebas.

A partir de los años 80, algunos de los ex-legionarios que ocuparon cargos importantes tanto en la Congregación como en la vida civil se van conectando entre sí y preparando una acción de denuncia por los abusos sufridos cuando eran jóvenes por un personaje que acompaña siempre al Papa en sus viajes a México, con gran despliegue publicitario. Uno de ellos muere en 1995, pero tras haber dejado  por escrito todo su testimonio sobre los hechos a un prestigioso sacerdote, quien habla de ello en el funeral. Aún sabiendo que esto iba a dañar su carrera eclesiástica -le quitaron después de un importante cargo diocesano- este venerable sacerdote de barba blanca, el P. Alberto Athié Gallo, anima al grupo a denunciar los hechos y escribir al Papa. Tras varias cartas sin respuesta, el grupo de los nueve se decide a hacer públicos los hechos en The Hartford Courant. Es un excelente y completo trabajo, que sólo podemos ofrecer en inglés. El que quiera puede consultarlo directamente en Internet: http://home.earthlink.net/~origins1/legionaires/macielpart3.htm . Si alguien cree que debe difundirse más el trabajo, que comunique que podría enviar traducción: serdoc@atrio.org . De este trabajo, y sobre todo del testimonio del acerdote que falleció,  sacó después un artículo en español el diario mexicano La Jornada. Es mucho más ligero y sensacionalita, pero da detalles de lo que se dice en las declaraciones.

Impresionado por esta información conecta con el grupo el canonista Roqueñi, formado en el Laterano de Roma cuando era miembro del Opus y Juez Eclesiástico en la archidiócesis de Mexico. (Perdió el cargo tras meterese en este asunto). Él es el que insiste en que hay que llevar el caso, no a los medios de información, sino a los Tribunales Eclesiásticos. A partir de entonces se callan, hablan con el Nuncio Justo Mullor, acuden a Roma, visitan a Vicente Carcel Ortí en la Signatura, quien, por la naturaleza de los hechos,  les remite al ex Santo Oficio, encuentran una abogada dispuesta, visitan la Congregación de la Doctrina de la Fe y presentan allí su acusación formal.

Finalmente, tras perder toda esperanza de que se les pueda hacer justicia, deciden ofrecer toda la información al NCR - National Catholic Reporter que la publica en su número del 7 de Diciembre, con una artículo escrito por dos experimentados redactores: Jason Berry, de Nueva Orleans, autor en 1992 del libro Sacerdotes Católicos y abuso sexual de niños, (en la última edición, publicada por University of Illinois Press, 2000 , se incluye un resumen de los alegatos contra Maciel), y Gerald Renne, hasta hace poco redactor religioso de The Hartford Courant.

  • Sitios donde encontrar información sobre la parte acusada

Es evidente que si las víctimas tienen derecho a acusar y ser oídas, también el acusado lo tiene. Cualquier declaración de la parte acusada será recogida en esta página. Hasta el momento no hemos encontrado ninguna declaración sobre lo publicado últimamente. Las páginas oficiales donde se puede encontrar amplia información sobre la figura de Marcial Maciel y de Los Legionarios son:

www.legionofchrist.org  Página oficial, en español y en inglés.

www.regnumchriti.org  Página oficial del Movimiento Seglar paralelo a los Legionarios

Yo conocí personalmente al P. Marcial Maciel hace 55 años en Comillas y seguí el nacimiento y evolución de los "Legionarios de Cristo", con quienes me encontré posteriormente en Roma.

Desde aquel primer encuentro, en que me anunciaba que iba a venir un grupo de jóvenes como nosotros desde México y que íbamos a poder hacer juntos tantas cosas grandes por Cristo e Hispanoamérica, comprendí el gran atractivo de su personalidad para un adolescente. No me extrañó después ver cómo algunos compañeros se pasaban a "los manitos", como nosotros les llamábamos.

 Después volví a encontrarlos en Roma, coincidiendo en las clases de teología y siendo buen amigo de algunos. Íbamos a veces a jugar a sus campos de deportes que nosotros no teníamos. Un grupo de ellos cantó en mi primera Misa en Santa María la Mayor.

Supe aquellos años de la destitución de Maciel, que yo había creído definitiva, pues el motivo de la destitución, según me informaron fuentes autorizadas en Roma, era por haber abusado sexualmente de jóvenes estudiantes. Recuerdo que ni siquiera entonces me resultó una cosa extraña, no sé por qué, aunque no tenía ninguna prueba directa o ajena. Pero el estilo cautivador de Maciel y el culto de su personalidad nunca me habían gustado. Sin embargo, admiré el coraje con el que algunos recién ordenados sacerdotes se hacían cargo del gobierno de la obra. Después supe, por José Manuel de Córdoba, que algo parecido había pasado con los jerónimos de El Parral, que se quedaron sin general. Y con unas monjas de Málaga fundadas por un canónigo. Siempre opiné que entre los legionarios víctimas o estafados había gente excelente ahí que serían capaces de seguir sin "el Padre".

Después volví a encontrar a encontrar a los Legionarios en España (Salamanca, Valencia...), triunfantes, poderosos, pero con el mismo estilo proselitista de adolescentes y cultivador de amigos adinerados. Y con una mentalidad extremadamente conservadora que no tenían en los años 50 y que era más inconcebible tras el Concilio. Yo evité expresamente el contacto con ellos. De Maciel no supe nada, ni siquiera que había vuelto a dirigir la cosa, hasta muy recientemente.

¿Es de extrañar que esta historia me haya cogido muy por dentro? Revuelve cosas profundas de otras épocas ya superadas. Pero lo peor es que "aquello", la pegajosa beatería, el reclutamiento de adolescentes, el culto al superior y la obediencia ciega, siga hoy triunfando. Por eso me he identificado con los ex-legionarios que han podido madurar y denunciar los hechos que, aunque parezcan pasados, tienen prolongación actual, más o menos descubierta.

¿Puede alguien aportar más experiencia y reflexiones sobre este tema?

Antonio.Duato@atrio.com  

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