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ACABAMOS DE LEER Y COMENTAMOS La religión de ETA Se acaba de presentar un libro sobre el carácter religioso y no laico de ETA y de todo su entorno o MLNV-Movimiento de Liberación Ncional Vasco. "Luego es verdad que los obispos están detrás..." Todo lo contrario. Se trata de una vivencia religiosa de "la liberación de Euskalherria" que ahora nada tiene que ver con el cristianismo ni con los obispos. El libro de Izaskun Sáez de la Fuente, "El Movimiento de Liberación Vasco, una religión de sustitución" que recoge una tesis doctoral presentada en la Universidad del País Vasco en febrero del año pasado y publicada por la Editorial Desclée de Brouwer y el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao, es de un interés tal que supera el acontecimiento de la última pastoral e incluso los límites del "entorno de ETA" al que se limita el estudio. Del libro se ha publicado una recensión de Olatz Barriuso en el Correo y el Foro Ignacio Ellacuría de Murcia ha hecho un RESUMEN para uso de sus seminarios que ofrecemos también a los visitantes de ATRIO para su uso privado, pues no todos van a poder disponer y leer este libro que recomendamos. Hace varias semanas que lo leí y tengo que confesar que es el libro que más me ha impactado desde hace tiempo. ¿Por qué? Por la manera cómo, tras una excelente síntesis de lo más actual en sociología del hecho religioso y en la historia del nacionalismo vasco, pasa a analizar con gran rigor una enorme colección de manifestaciones y documentos de ETA y de su entorno para llegar a una conclusión estremecedora: aunque los militantes de ETA se declaren ateos y materialistas está viva y actuante en ellos una concepción religiosa del Pueblo Vasco como entidad suprema y sagrada que exige una entrega absoluta a la misión de liberación a la que han sido llamados a través de los representantes indiscutibles de ese pueblo que son sus jefes. Este esquema plenamente religioso está actuando como alma de todo el movimiento y así se explica la imposibilidad de diálogo con otros políticos laicos aunque tengan en su programa las reivindicaciones nacionalistas. No necesita el apoyo de ninguna religión, y menos de la cristiana, a la que sólo utilizarán tácticamente en la medida que les sea útil. Si alguien cree que con llamadas desde la conciencia cívica o la moral cristiana, o desde el insulto llamándoles "asesinos" se puede hacer mella en sus conciencias tiene que perder toda esperanza. Y no porque sean unas bestias. Porque son íntegramente "religiosos". Esta religión sustitutoria que funciona en las personas cercanas a ETA es más fuerte que cualquier fanatismo religioso. Y los que son considerados representantes legítimos del "pueblo" estarían en su derecho de pedir a sus fieles no sólo matar por la causa sino ser mártires e inmolarse como kamikazes si llega el momento. Porque no es la fe en la otra vida lo únco que es capaz de convertir militantes en terribles armas que hacen caer rascacielos, sino esa fe absoluta en una entidad sagrada que te trasciende y que es digna de cualquier sacrificio. ¿Conclusiones? Creo que los que están tan preocupados por el respaldo legitimador que pueda tener el entorno de ETA en los obispos católicos deberían saber que, "sean las que fueren" las connivenias entre la iglesia vasca y el nacionalismo, las fuentes de legitimación e impulso religioso de MLNV son muy otras. Sin embargo, si yo fuera responsable de la comunidad cristiana de un pueblo donde se produce esto y donde hay una historia de colaboración entre el tradicionalismo católico y el mito del destino del pueblo vasco (Izaskun Sáez hace un genial recorrido, sobre todo desde el siglo pasado), tendría un cuidado muy especial es distanciar el evangelio de Cristo de cualquier reivindicación nacional y de cualquier sistema religioso de obediencia ciega, haciéndolo mensaje de libertad y capacidad crítica. Pero ya no es sólo un problema y una amenaza en Euskadi. Cualquier sociedad que no potencie en su sistema educativo una ética cívica básica o deje el camino libre religiones que se construyen sobre esquemas de religiosidad nacional tradicional y de obediencia ciega a dogmas o jefes sagrados, en vez de basarse en la búsqueda personal y el respeto a lo más sagrado que es la dignidad de cada persona individual, está propiciando que surjan en su interior fenómenos como este de religiones sustitutorias destructivas. A.D.
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