Volver                               Ver  comentarios  (Hay 5)         Enviar comentario

 

¡NON POSSUMUS! NO PODEMOS PERMANECER CALLADOS

                                                                                        23-05-2005

 

 

Antonio Duato

 

Hace dos semanas que en ATRIO se publicó un MANIFIESTO, contra las injerencias episcopales en materia de legislación civil del matrimonio de homosexuales. Ofrecíamos la posibilidad de adherirse al MANIFISTO.  Estamos contentos de la acogida que ha tenido. Hemos recogido 550 adhesiones, muchas de ellas con comentarios. También comentarios críticos de algunas personas que no se adherían. Todos han sido publicados en nuestra página.

Otros dicen tener más de 600.000 a favor de la postura de los obispos. Es la cifra que da el Foro de la Familia al convocar una Manifestación en la Cibeles el día 18 de Junio. Justo el día de reflexión antes de las elecciones autonómicas de Galicia, según Fraga, paso indispensable para volver a la Moncloa. Por eso el obispo de Mondoñedo se ha apresurado so sólo a invitar a los católicos a la manifestación, sino a instar a los ciudadanos a “tomar buena nota para cuando haya elecciones, actuando en consecuencia”.

El Presidente de la Conferencia Episcopal, Don Ricardo Blázquez, el que decían que era un gran teólogo abierto, se alinea también, sin salirse un milímetro de la fila, en el argumentario de la ley natural. Y además, en la revista SURGE da la clave de quien es hoy su mentor: George Weigel, el neoconservador biógrafo de Juan Pablo II, que dice que el Concilio Vaticano II no da claves de interpretación de su doctrina: sólo puede interpretarse por el desarrollo posterior que ha establecido Juan Pablo II, única interpretación válida del Concilio.

Está claro, los obispos están más envalentonados que nunca y la nueva estrategia de movilización de los católicos para que la Iglesia recupere el poder que estaba perdiendo sobre la sociedad, por la excesiva permisividad derivada del Vaticano II y su doctrina sobre la libertad de conciencia, se está imponiendo a partir de Roma. El más duro de los cardenales italianos, el cardenal Ruini está eufórico: El nuevo papa va a llevar a Europa la renovación cristiana que con carácter interconfesional se ha llevado a cabo en los Estados Unidos. (ADISTA).

Ayer mismo, domingo, el Cardenal Rouco, ha hecho una explícita profesión de nacionalcatolicismo en Zaragoza.

Precisamente porque seguimos viendo detrás de  muchas actuaciones magisteriales un contenido ideológico que llevaría a la Iglesia a ser un aliado interesado en los planes del neoconservadurismo político que capitanea el equipo de Bush y el sector actualmente dominante en el PP, no podemos callarnos.

Estamos sorprendidos por los muchos que se han adherido a nuestro documento, como fruto de reflexión no de propaganda. Casi todos son católicos, con cierta actuación y relevancia en las parroquias y comunidades cristianas. Puede que algunos no estén de acuerdo con la concreta manera de dar acogida jurídica a las parejas homosexuales o con otras posturas del PSOE. Se trata de temas jurídicos o sociales en los que uno puede discrepar. Y en los que se puede argumentar en un sentido u otro con libertad.

La nuestra no es una opción política. Es una opción religiosa y cristiana. Dios está muy por encima y no podemos mezclarlo en estas batallas políticas. El “Non possumus”, tomado del libro de los Hechos, lo empleó Pío IX varias veces para oponerse a los intentos de distensión entre el pontificado y el nuevo estado democrático italiano. Estaba atribuyendo a Dios el mandato de defender los sagrados derechos de rey temporal de los estados pontificios. Y de esto hace sólo 150 años.

Nosotros, humildemente, desde nuestras conciencias, nos atrevemos a decir como los apóstoles a las autoridades religiosas de su tiempo: “No podemos obedeceros y dejar de proclamar que el respeto a la dignidad y libertad de toda persona humana es el primer deber de un seguidor de Jesús hoy”. Y a las autoridades civiles hay que decirles "non possumus" cuando atacan a esos valores u obligan a hacerlo, no cuando permiten algo sin obligar, aunque vaya en contra de nuestras ideas o intereses.

 

Volver a Atrio                     Ver  comentarios  (Hay 1)          Enviar comentario